A sólo seis meses de que el mercado recreativo en el estado de Nevada se hiciera legal, ha recaudado hasta ahora USD$30 millones en impuestos. Las ventas totales por cannabis en el estado han llegado a los USD$195 millones en este primer semestre; por tanto, aunque su mercado se encuentra todavía en un periodo de ‘infancia’, demuestra ya su tamaño y capacidad.
La carga fiscal que el estado impone para sus ventas mayoristas es de 15%, mientras que las ventas minoristas tienen 10%; esto dejó como recaudación fiscal, sólo en el primer mes de ventas (julio de 2017) unos USD$3.7 millones; para el mes de octubre la recaudación ya había alcanzado los $5.84 millones de dólares.
Ha sido uno de los crecimientos más notorios económicamente para un estado, incluso con la entrada del mercado legal de California y Colorado, el de Nevada ha logrado engordarse lo suficiente; tanto, que la forma de analítica de datos y proyección financiera New Frontier, estima que para el 2020 el mercado de cannabis en Nevada valdrá $622 millones de dólares.
Nevada, es lo cierto, tiene una ventaja importante frente a otros estados: la Ciudad del Pecado, Las Vegas. Su amigable postura ante el alcohol y ahora la cannabis, es un importante foco de atracción para turistas cannábicos y del mundo. Aunque la legislación en Nevada prohíbe el ingreso a su aeropuerto con alguna carga de la planta.
De hecho, se han instalado en las salas de abordar unas cosas llamadas “amnesty boxes” o “cajas de amnistía”, en las que el usuario tiene que dejar ahí sus gramos, antes de subir a un avión.
Otro de los temas relevantes al respecto de la recaudación fiscal en materia de cannabis, es a dónde va todo ese dinero: Brian Sandoval, gobernador de Nevada, unos meses después de iniciado el mercado, anunció su plan de distribución de los recursos. Él proyectó que para, los siguientes dos años, el fondo estatal de educación tendría unos $40 millones de dólares más, ya que ahí estaba mandando una parte importante de los impuestos.
Aunque ha habido pronunciamientos en contra, otros estados como Colorado han hecho lo mismo: mandar la recaudación por ventas mayoristas a los fondos educativos estatales; incluso han utilizado parte del dinero para fortalecer programas de prevención de adicciones.
Estos números, desde luego, han causado que otros estados que no han regulado su mercado, consideren seriamente el hecho de hacerlo. Es el caso de Connecticut; aunque su gobernador, Dannel Malloy, ha sido un ferviente oponente de la legalización, después de que estos resultados se conocieran, declaró que la legalización del uso adulto de la cannabis en su estado podría ser una opción para sanear su presupuesto.
Ya se había hablado de que la regulación de la cannabis era una importante solución a cualquier crisis financiera estatal; aunque, para algunos miembros de la industria y la política, ese no debería de ser el centro del debate, ni debería tener un papel tan importante, como el de la seguridad pública.
Lo cierto es que el éxito que ha tenido Nevada en sus ventas y su recaudación, es un ejemplo internacional de lo que la regulación de la cannabis puede hacer, no sólo en términos de seguridad, sino de aprovechamiento del mercado.