Las quemaduras por viento son una forma de estrés en las plantas de cannabis, y se produce cuando la ventilación es demasiado fuerte, haciendo que las matas respondan enrollando las puntas de sus hojas para abajo, en forma de garra. En los peores casos, las puntas y los márgenes de las hojas pueden resecarse, dañando el cultivo.
Cuando las plantas están quemadas por el viento, el daño ya está hecho. Las plantas mal regadas y marchitas, que ya están bajo estrés, pueden morir debido al estrés adicional de las quemaduras por viento. Pero si las plantas no estaban deshidratadas antes de sufrir las quemaduras por viento, entonces el problema es realmente estético.
Las quemaduras por viento suelen darse con más frecuencia en los cultivos de interior. Se producen cuando los ventiladores se colocan demasiado cerca de las plantas o funcionan a una potencia demasiado elevada, provocando que las plantas comiencen a tensionarse y se reduzca el ritmo de crecimiento.
Según la gravedad de los daños, la producción de la planta a largo plazo podría quedar afectada, ya que la superficie de las hojas se verá reducida debido a las quemaduras. Al solucionar el problema, las plantas recuperan la salud y siguen creciendo adecuadamente.
Si crees que la cosecha final puede verse comprometida, deja las plantas en fase vegetativa durante una semana extra para recuperar el tiempo perdido a causa del estrés. Normalmente las plantas no suelen quemarse durante la floración, ya que el problema debería haberse identificado y solucionado antes de iniciarse esta fase.
Este tipo de quemaduras tampoco suele producirse en los cultivos de exterior regados adecuadamente, debido a que en esta forma de plantación las matas prosperan al aire libre incluso en los días más calurosos y ventosos.
En la mayoría de casos, estas quemaduras pueden prevenirse mediante la distribución equilibrada de las plantas, la ubicación adecuada de los ventiladores y unos ajustes de velocidad moderados.
Piensa por adelantado
Cuando prepares tu cultivo de interior, no apiñes un montón de plantas en el espacio de siembra para obtener mayores cosechas, ya que esto suele ser contraproducente. La marihuana requiere algo de espacio vital para un crecimiento óptimo.
A no ser que quieras montar un sistema SOG (Sea Of Green), asegúrate de que cada planta tenga el espacio adecuado. Cuando hay demasiadas plantas por metro cuadrado pueden producirse una serie de problemas, incluyendo las quemaduras por viento.
También te puede interesar el: Extracto de cannabis podría ayudar para evitar la pérdida de peso por quimioterapia
En el caso de las plántulas y esquejes jóvenes, es recomendable no aplicar una ventilación directa ya que las plantitas son frágiles y podrían quedar dañadas. Un flujo de aire indirecto es lo más recomendado para proporcionar la aireación necesaria para prosperar.
Es importante mantener los ventiladores en modo oscilante y asegurarse de que tienen varios ajustes de velocidad. Las hojas deberían vibrar y ondear ligeramente, no agitarse vigorosamente. Si este es el caso, los ventiladores están demasiado cerca de las plantas o tienen demasiada potencia. Al colocar los ventiladores, quieres que las plantas reciban una ligera brisa por cada lado; lo ideal es situar algunos a una altura más alta y otros a una altura más baja.