Algunos de los mitos comunes sobre el cannabis, muchos fomentados por industrias que se benefician de la prohibición de la marihuana.
El cannabis mata las neuronas
Curiosamente, numerosos estudios han demostrado que el cannabis hace exactamente lo contrario: promueve el crecimiento y el desarrollo de nuevas células cerebrales. Ninguna otra clase de compuestos ha demostrado los efectos neuroprotectores del cannabis. Estudios muy prometedores en animales muestran que cuando se tratan lesiones cerebrales, incluyendo en bebés recién nacidos que carecen de oxígeno, víctimas de apoplejía y traumatismo craneal, todos sufren menos daño y sanan más rápido si se les administran canabinoides. Los cannabinoides también protegen el cerebro de desordenes neurodegenerativos, como el Alzheimer y la esclerosis múltiple, especialmente cuando se usan en la dosis correcta.
La marihuana medicinal coloca o deja “drogado”
Fumar o ingerir marihuana puede causar un efecto psicoactivo, que la mayoría de las personas describen como una euforia agradable y una mejora de los sentidos, pero puede incluir características menos deseables como la sedación y paranoia. Numerosos pacientes desean los beneficios médicos del cannabis sin intoxicarse: quieren consumirlo mientras trabajan, conducen con seguridad, etc.; esto es posible y práctico. Y más recientemente, después de décadas de cultivo sistemático para producir las cepas más potentes de cannabis, los cultivadores de cannabis medicinal están ahora produciendo cepas que se centran en los beneficios para la salud y reducen o eliminan la psicoactividad; estos son las variedades altas en CBD y bajas en THC.
Un estudio realizado en 2006 demostró que los consumidores de cannabis tienen una tasa de cáncer de pulmón igual o inferior a la de los no consumidores, aunque se ha demostrado que el humo del cannabis contiene productos de combustión que causan cáncer. ¿Cómo es esto posible? Las sustancias terapéuticas del cannabis tienen en realidad fuertes propiedades anticancerígenas. Esto se ha sabido desde los años 70, pero más recientemente los cannabinoides se han convertido en un enfoque importante del desarrollo de medicamentos contra el cáncer en la industria farmacéutica.
La marihuana es adictiva
La dependencia de la marihuana existe, pero no es común. Las personas que prueban la marihuana son significativamente menos propensas a volverse dependientes de ella que los usuarios de casi cualquier otra droga, incluyendo el tabaco, la heroína, la cocaína, el alcohol o los estimulantes.
El riesgo de adicción si es mayor si se comienza a consumir en la adolescencia. Los usuarios dependientes pueden experimentar síntomas de abstinencia cuando dejan de fumar, incluyendo ansiedad, insomnio, trastornos del apetito y depresión. Dicho esto, las consecuencias sanitarias y sociales adversas parecen ser menos graves que para las personas que consumen alcohol y opioides. Además, la dependencia de la marihuana es mucho más inocua – los efectos de la abstinencia son leves, y similares en intensidad a los de la abstinencia de la cafeína. La mayoría de las personas no tienen ningún problema para dejar de consumir cannabis, cuando y si lo necesitan.
La marihuana engorda
Todos hemos escuchado que la marihuana causa “los munchies” o el bajon, y es ampliamente conocido que el cannabis puede ayudar a los pacientes con SIDA y cáncer a reducir las náuseas y promover el apetito. La mayoría de los consumidores reportan un mayor gusto de la comida y placer mientras comen bajo la influencia del cannabis. Pero esto de por si no causa uno a engordar. Sorprendentemente, las personas que fuman cannabis regularmente, en comparación con las que no lo usan en absoluto, tienen menos de probabilidades de ser obesas. Mientras que los cannabinoides afectan las partes del cerebro relacionados con el placer y la alimentación, también afectan las hormonas del metabolismo, y si se usan correctamente, pueden potencialmente restaurar el equilibrio de las personas que están por debajo del peso y con sobrepeso.
La marihuana afecta a la salud mental de la gente
Algunas pruebas apuntan a que el consumo de marihuana está asociado con la aparición de psicosis o esquizofrenia, siendo el grupo de mayor riesgo los hombres jóvenes. Las asociaciones identificadas inicialmente entre el consumo de cannabis y la psicosis desaparecen cuando los investigadores controlan algunos variables, como el estado socioeconómico, el consumo de alcohol y/o tabaco y la psicopatología. Mientras los científicos debaten si el cannabis puede o no causar la aparición de enfermedades mentales, si lo hace, es extremadamente raro. Es mucho más común que el cannabis ayude a las enfermedades mentales como la depresión, la ansiedad, el TEPT, el trastorno bipolar e incluso la esquizofrenia, especialmente cuando se usa apropiadamente bajo la guía de un profesional de la salud.
Fuente: La Marihuana
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