Hace varios, Jorge Basso, ministro de Salud de Uruguay, dio a conocer a los medios que Uruguay se enfrentaba a un aumento de consumo de cannabis; asimismo, con respecto a Canadá, desde el primer día las filas eran enormes para adquirir la hierba y hasta se agotó. En ambos países la demanda de cannabis de sus usuarios no ha podido ser satisfecha al 100 por ciento.
Sin embargo, al parecer en México el consumo de hierba ha aumentado aún antes de que haya una legalización federal. De acuerdo con Alfredo Soberanis, director del (CIJ) Centro de Integración Juvenil de Tabasco, asociación civil cuyos objetivos son la prevención y tratamiento de adicciones, la simple proposición legal y difusión que se le ha dado a la hierba como posible sustancia regulada, ha hecho que se incremente el consumo; e incluso ha rebasado el uso del alcohol.
Supuestamente, la renovada visión que el cannabis va logrando de planta discriminada a fuente medicinal y recreativa no tan peligrosa, despierta la curiosidad entre jóvenes, produciendo el incremento de su empleo.
En cuanto a que el uso del cannabis desplace el índice de alcoholismo, es un argumento ya escuchado. Cabe recordar que en la década de los 30, dentro de los sectores empresariales, la marihuana amenazaba en Estados Unidos por lo cual se inició la “conspiración de la marihuana” y su criminalización, además del uso industrial como cáñamo, estaba la industria del alcohol.
El argumento principal de estas compañías era que los fumadores de cannabis no consumían tanto alcohol en comparación con los que no seguían estas prácticas.
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