Investigaciones recientes han resaltado cómo los consumidores diarios de cannabis tienen menos probabilidades de usar opioides para controlar su dolor crónico.
Investigadores de BCCSU y la Universidad de Columbia Británica (UBC) entrevistaron a más de 1,100 personas con mayor riesgo de sobredosis de opioides en Vancouver entre 2014 y 2017, quienes informaron el uso de sustancias y dolor mayor o crónico.
Descubrieron que el consumo diario de cannabis se asociaba con probabilidades significativamente más bajas de consumo diario de opioides ilícitos, lo que sugiere que las personas están reemplazando los opioides con cannabis para controlar su dolor.
El estudio fue publicado en noviembre de 2019 en un número especial de PLOS Medicine sobre la dependencia de sustancias.
Usar cannabis para controlar el dolor
El autor principal, el Dr. MJ Milloy, científico investigador de BCCSU y profesor de ciencia del cannabis en Canopy Growth en UBC, dijo: “Estos hallazgos, en combinación con investigaciones anteriores, demuestran nuevamente que las personas están usando cannabis para ayudar a controlar muchas condiciones diferentes, incluido el dolor . Y en algunos casos, usan cannabis en lugar de opioides.
“En medio de una emergencia de salud pública en curso causada por muertes por sobredosis de opioides, los resultados sugieren que aumentar el acceso al cannabis con fines terapéuticos podría ayudar a frenar el riesgo de sobredosis asociado con el uso ilícito de opioides”.
Los resultados de un modelo estadístico mostraron que las personas que usaban cannabis todos los días tenían casi un 50% menos de probabilidades de usar opiáceos ilícitos todos los días en comparación con los que no consumían cannabis, mientras que las personas que informaron el uso ocasional de cannabis no eran ni más ni menos propensas que los no consumidores. Usar opioides ilícitos a diario.
Los investigadores descubrieron además que puede haber un elemento terapéutico intencional asociado con al menos el consumo diario de cannabis. Por ejemplo, los usuarios diarios eran significativamente más propensos que los usuarios ocasionales a informar una serie de usos terapéuticos del cannabis, incluido el tratamiento del dolor, el estrés, las náuseas, la salud mental y los síntomas del VIH o los efectos secundarios de la terapia antirretroviral contra el VIH, o mejorar el sueño.
Los hallazgos sugieren que algunas personas que usan drogas y que experimentan dolor podrían estar usando el cannabis como una estrategia ad hoc y autodirigida para reducir la frecuencia del uso de opioides.