El estudio, que se publicó en Biosource Technology Reports, detalla cómo los científicos pudieron aislar los metabolitos del cannabis de la orina de los consumidores de cannabis, lo que resultó en la capacidad de generar suficiente electricidad para alimentar a todo un hogar.
El experimento incluyó células de combustible microbianas (MFC), un tipo de herramienta bioelectroquímica que selecciona bacterias y une varios compuestos químicos para crear electricidad. Descubrieron que la combinación de orina real y sintética que contiene metabolitos de THC en el instrumento dio como resultado dos efectos: una eliminación del 60% del metabolito de COOH-THC y la generación de electricidad simultáneamente.
“Las muestras de orina no tratadas reunidas de donantes masculinos libres de drogas produjeron 0,35 V de electricidad máxima en las celdas de combustible”, escriben los investigadores. “Cuando las muestras de orina fueron reemplazadas por las de los consumidores de cannabis (que contenían 170 ng / mL de COOH-THC), se logró el voltaje máximo de 0.23 V”.
Los investigadores también afirman que usar el MFC para generar electricidad mientras se elimina el 60% de los metabolitos fue beneficioso tanto para el medio ambiente como para los hogares. “Los resultados mostraron que los MFC se pueden utilizar para el tratamiento de los metabolitos del cannabis que se encuentran en la orina humana para evitar la contaminación de los ecosistemas naturales con estos metabolitos resistentes y tóxicos”, escriben. “Además, aunque en niveles pequeños, la generación de voltaje proporciona un valor agregado que podría usarse para alimentar ciertas aplicaciones en las plantas de tratamiento”.
Esto puede parecer una noticia, aunque la idea de generar electricidad a partir de la orina no es un concepto novedoso. Los MFC también se pueden usar para generar electricidad a partir de orina limpia simplemente aislando hidrógeno, limpiándolos y luego colocándolo en un generador.
¿Porque es esto importante?
El cannabis tiene muchas aplicaciones ambientales, pero cultivarlo sin dañar el medio ambiente a través de su consumo de energía sigue siendo una cosa que debemos dominar.
Un informe de 2014 del Consejo de Conservación y Energía del Noroeste (NPCC), una agencia involucrada en la planificación del medio ambiente y la energía para Washington, Oregon, Idaho y Montana, reveló que el 38% de los costos de electricidad de una instalación de cultivo de cannabis se destina a la iluminación, mientras que el 21% va al aire acondicionado. El resto se destina a la deshumidificación, la inyección de CO2 y otros gastos de energía.
El mismo informe afirma que las operaciones de cultivo en interiores pueden consumir hasta 4,000-6,000 kWh de energía por cada kilogramo de maceta. Mientras tanto, se estima que la familia estadounidense promedio consume alrededor de 911 kWh de electricidad en un mes. Esa es una gran diferencia.
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