Alki David es uno de los herederos de la multimillonaria familia grecochipriota que controla la distribución de Coca-Cola en 28 países. A sus 52 años tiene fama de estrafalario, pero también una buena cabeza como empresario.
Además de la empresa familiar, también es un pionero en los negocios: hasta ahora se le conocía por presidir la compañía FilmOn -ofreciendo programas televisivos en internet- y otras empresas digitales, por haber fundado una agencia de modelos o vender bañadores con su tercera esposa, la modelo norteamericana Jennifer Stano.
Ahora, es noticia porque acaba de fundar el primer banco de cánnabis del mundo, Swissx Bank of Cannabis, con sede en el glamuroso pueblo de Gstaad (Suiza) y desde el que pretende facilitar las transacciones legales de cánnabis en el mundo entero. También ha creado la SWX Coin, una criptomoneda inspirada en el funcionamiento de bitcoin.
Este banco y su moneda hará posible, según él, que el sector de cánnabis -y la industria legal de la marihuana- pueda efectuar transacciones de modo seguro y transparente. Al anunciar la fundación de la entidad, Alkis declaró que «primero cambiamos el juego de los productos de cannabidiol (CBD) y luego creamos enormes oportunidades para los productores y las economías del Caribe, a través de los conocimientos financieros de Suiza».
El poco convencional Alki David ya tenía un negocio de venta de aceite y chocolates con cánnabis, comercializados bajo el nombre de Swissx y que se venden por internet (swissx.com) como tratamiento médico.
La ironía de dicha nueva empresa es obvia para los griegos y los chipriotas, quienes le consideran un hombre estrambótico y rompedor, con un comportamiento nada convencional con sus tres esposas, varios hijos, una nueva novia -la ingeniera Leila Qrib- y fiestas legendarias.
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Hace unos meses, fue detenido en el aeropuerto internacional de St. Kitts, en el Caribe, en su propio avión privado donde viajaba con su amigo y socio Chase Ergen -también multimillonario- y el actor irlandés Jonathan Rhys-Meyers. Su arresto fue por tener en su avión privado 5.000 plantas de cánnabis, además de semillas y otros productos derivados por valor de más de un millón de dólares. Fue acusado de intento de suministro, posesión e importación de droga.