La Organización Mundial de la Salud (OMS) está solicitando que se elimine de la Lista IV la marihuana de planta entera, así como la resina de cannabis.
La Lista IV de la Convención sobre Drogas de 1961 es la categoría más restrictiva, e incluye sustancias consideradas particularmente dañinas y con beneficios médicos limitados, muy similar a la Lista I del sistema federal de Estados Unidos.
De acuerdo con un documento que aún no ha sido oficialmente publicado, pero ha circulado entre defensores de la reforma del cannabis, y al que Forbes tuvo acceso, la OMS también busca que el THC y sus isómeros (por separado) se eliminen completamente de un tratado de drogas de 1971 y se agreguen a la Lista I de la Convención de 1961.
Asimismo, la OMS también pretende aclarar que las preparaciones centradas en el cannabidiol (CDB) con 0.2 por ciento o menos de THC “no están bajo control internacional” en absoluto. El CDB no estaba programado anteriormente en las convenciones internacionales, pero la nueva recomendación sugiere dejar esto completamente claro.
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Además, los extractos y tinturas de cannabis se eliminarían de la Lista I del tratado de 1961, según las recomendaciones, y las preparaciones farmacéuticas compuestas, que contenían THC; estas se incluirían en la Lista III de la misma convención. (Es importante diferenciar la Lista I de tratados internacionales y la Lista I del sistema federal estadounidense.)
Sin embargo, los efectos prácticos de estos cambios serían algo limitados, ya que no permitirían a los países legalizar la marihuana y seguirían cumpliendo estrictamente los tratados internacionales, pero sus implicaciones políticas son difíciles de exagerar.
En conjunto, las recomendaciones (si se adoptan), representarían un reconocimiento formal de que los cuerpos gobernantes del mundo se han equivocado efectivamente con respecto a los daños y beneficios terapéuticos del cannabis durante décadas. La nueva posición de la OMS llega en un momento en que un número creciente de países se están moviendo para reformar sus políticas de cannabis. Como tal, un cambio en la ONU podría animar a otras naciones a reducir o revocar sus leyes de prohibición, aunque la legalización por razones no médicas o no científicas aún violaría técnicamente las convenciones globales. Michael Krawitz, un veterano de la Fuerza Aérea de Estados Unidos y defensor de la legalización, quien además ha impulsado reformas internacionales, explicó:
“La colocación del cannabis en el tratado de 1961, en ausencia de evidencia científica, fue una injusticia terrible. Es hora de que todos apoyemos las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y nos aseguremos de que la política no triunfe sobre la ciencia”.
Inicialmente, se esperaba que las recomendaciones de la OMS se publicaran en una reunión programada en Viena en diciembre pasado, pero el anuncio se retrasó por razones desconocidas. Las propuestas se presentarán posiblemente en marzo ante la Comisión de Estupefacientes de la ONU, donde 53 países miembros tendrán la oportunidad de votar sobre su aceptación o rechazo.