Los múltiples usos del cannabis en la medicina están siendo probados por especialistas alrededor del mundo día tras día, pero también se comprueba que el consumo recreativo tiene un efecto negativo sobre la salud de las personas.
El Dr. Jorge Manzanares Robles, decano de la Facultad de Farmacia de la Universidad Miguel Hernández de Elche, España, e investigador con 20 años de experiencia en el estudio de los compuestos de la marihuana, presentó el martes 23 de septiembre la conferencia titulada Cannabis: ¿droga o medicamento?, en el auditorio de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Manzanares dijo que la diferencia entre el uso del cannabis como una droga generadora de placer o como medicamento para tratar padecimientos, radica en los efectos negativos que tiene sobre la persona que la consume con un fin recreativo.
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Aplicación en la medicina
Este especialista explicó que existen más de 60 compuestos cannabinoides como por ejemplo el Anandamida, Cannabinol y Cannabidiol, y muchos son empleados en medicamentos que ya se venden al público, como por ejemplo: Rimonabant (inhibidor del apetito), Sativex (alivio de espasmos musculares moderados o graves), Acomplia (tratamiento de pacientes obesos o con sobrepeso) y Betaserc (tratamiento del síndrome de Meniére que se caracteriza por presentar vértigo, náuseas, vómito y pérdida de audición).
Según comentó Manzanares, algunas de las acciones farmacológicas de los cannabinoides y sus principales usos terapéuticos son: reducción de la presión intraocular para tratar glaucomas; antiasmáticos pues producen broncodilatación; antieméticos para tratar el cáncer; aumentan el apetito con lo cual ayudan en los tratamientos del SIDA y cáncer; inhiben el crecimiento tumoral; son neuroprotectores; y se pueden usar para tratar las migrañas, artritis, esclerosis múltiple, dolor postoperatorio agudo y dolor crónico.
“La proposición de ley 215 del estado de California dice que se asegure que todos los californianos seriamente enfermos tengan el derecho de obtener y utilizar marihuana para propósitos médicos en donde su uso se considere apropiado y haya sido recomendado por un médico que ha determinado que la salud de la persona podría beneficiarse del uso de la marihuana en el tratamiento del cáncer, anorexia, SIDA, dolor crónico, glaucoma, artritis, migraña o cualquier otra enfermedad para la que la marihuana pueda producir alivio. Todos queremos que los pacientes mejoren, pero tienen que hacerlo mediante una forma farmacéutica que sea prescrita por un médico y que vaya como un fármaco tal cual lo conocemos”, afirmó.
Sin embargo, es el uso recreativo no controlado del hachís el que acarrea alteraciones nocivas en los fumadores de marihuana, a pesar de que muchos argumenten que es una planta natural, Manzanares señaló que resulta importante que todas y todos conozcan las implicaciones negativas que tiene.
“Qué ocurre cuando uno consume cannabis desde el punto de vista neurofarmacológico, lo primero que pasa es que hay un aumento de la actividad dopaminérgica, o sea, la vía del placer que la estimulamos con acciones naturales como comer, beber y tener relaciones sexuales,se activa con todas las drogas” También esta sustancia, dijo el especialista, disminuye la actividad en el sistema nigrioestriatal, lo que es responsable del aletargamiento y la disminución de la actividad motora. “La intoxicación con cannabis produce euforia, analgesia, alteraciones de la percepción del tiempo e incluso alucinaciones, aumenta la sensación de apetito y la frecuencia cardiaca, crisis de ansiedad al dejar de consumir, alteraciones de la fertilidad, confusión, somnolencia y produce síndrome de abstinencia”, citó Manzanares.