Somos seres humanos únicos e irrepetibles. Por supuesto, cada organismo reacciona diferente. Existen personas a quienes la marihuana no les funciona como a otras. Lo que para unos quizás sea relajante y los desinhiba, para el resto podría ser paranoico, amenazante o sumamente introspectivo.
Si has fumado marihuana y sientes que no te es funcional, tal vez podrías experimentar un poco antes de definir completamente si te es lo tuyo o no. Por otro lado, a lo mejor tu consumo es demasiado regular y ya no obtienes el placer que el cannabis te proporcionaba hace algunos años. Veamos algunos ejemplos.
El momento y el primer consumo
Supongamos que María es una mujer sumamente profesional. En su trabajo no se le va una. Siempre responde bien y a la primera en todas sus obligaciones. Un día cierta amiga le contó que la marihuana le causaba buen humor y relajaba, por lo que decidió probarla a la mañana siguiente antes de ir a trabajar. El resultado no fue lo esperado: se bloqueó, le provocó ansiedad, enredó las actividades… ¡Se confundió¡
Además de que el primer consumo de cannabis es más fuerte que los siguientes, el horario y momento para fumar influye mucho al consumir marihuana. Probablemente si María fumara cannabis al terminar el día, llegando a su casa, antes de bañarse y recostarse, los resultados habrían sido otros. A lo mejor hubiera dormido a pierna suelta y soñado como nunca. En cambio, otras personas ―como quien le aconsejó a María usar cannabis―, podrían considerar un desperdicio fumar ganja para dormir, pues les da energía para bailar. Hacer ejercicio y otras actividades.
En pocas palabras, el momento y tipo de personalidad, son tan variados como los colores las tonalidades del arcoíris. Si fumaste marihuana y no te gustó, puedes probar hacerlo en otro horario.
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La vía de administración
Ahora veamos a Juana, a quien le gusta el efecto del cannabis, pero fumar no le atrae en lo absoluto. Además, el olor es escandaloso y nada discreto. Pues bien, afortunadamente el cannabis es natural y se puede administrar en varias formas. Tal vez probando sólo una pequeñísima rebanada de brownie con marihuana o una pequeña galleta, podría resultarle adecuado.
El THC de la marihuana digerido es metabolizado por el hígado, el cual lo convierte en 11-hydroxy-THC, y penetra la barrera hematoencefálica más eficazmente. Esto quiere decir que los efectos son más elevados. Debido a ello, lo recomendable es empezar con poco.
En contraste, El THC fumado pasa por un proceso metabólico diferente: viaja directo al cerebro sin ser digerido por el estómago y filtrado por el hígado después. Ésta es la principal razón por la que los efectos de la marihuana fumada o vaporizada se aceleran rápidamente, pero disminuyen también a gran velocidad.
Micro dosis
No es necesario ser un fumador inexperto para tener una baja tolerancia al THC. Hay para quienes los métodos habituales y dosis de consumo pueden resultar ser demasiado fuertes, provocando incomodidad o ansiedad.
Desde hace algunos años se ha escuchado acerca de las microdosis de LSD o cannabis. Incluso se están volviendo muy populares. En casi cualquier lugar nos encontramos con personas que prefieran solo unas cuantas fumadas en lugar de un porro completo. Otros, en cambio, buscan relajarse y estimular su creatividad pero sin quedarse atrapados en el sofá o volverse mentalmente hiperactivos.