El pasado año, una empresa de tecnología con sede en Miami, Florida llamada “Alternet Systems”, contrató a David Mitlin, profesor de la Universidad Clarkson de Nueva York, quien durante años ha estudiado el cáñamo como material para almacenar energía.
La investigación de Mitlin utilizó el bastón de cáñamo (la corteza interna de la planta) y un producto de desecho durante la producción de cáñamo, como reemplazo del grafeno, un material mucho más costoso, en supercapacitores.
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Debido a su resistencia y peso ligero, los fabricantes regularmente utilizan grafeno, un material compuesto por una capa de carbono como componente para electrodos de capacitores (almacenadores de energía).
Sin embargo, el grafeno es bastante caro, a diferencia del cáñamo que utiliza Mitlin (mucho más barato). Además, según Mitlin, los supercapacitores de cáñamo han podido almacenar más de 2 veces la energía que los convencionales.
Al calentar el bastón de cáñamo durante 24 horas, a 350o F, y luego agregar aún más calor, Mitlin descubrió que el bastón se puede convertir en nanosheets de carbono, al igual que los nanosheets de grafeno regulares.
“Pasamos la etapa de prueba de principio para el supercapacitor completamente funcional. Ahora nos estamos preparando para la fabricación a pequeña escala”, señaló Mitlin a la American Chemical Society, en 2014.
Para continuar con la investigación y el desarrollo, Alternet Systems ha comprado terrenos en Nueva York y así comenzar a cultivar cáñamo, el cual es legal en Estados Unidos desde la aprobación de la Ley Agrícola 2018.