Hemos germinado y nuestras plántas de cannabis ya han pasado a las bolsas de cultivo.
A partir de ahora, todo es realmente sencillo y sin mayores problemas, aparentemente.
Y decimos esto último porque si bien no tendremos que ocuparnos de bombillas, extractores, y toda la parafernalia de los cultivos de interior, si que nos vamos a encontrar con todas y cada una de las plagas de exterior, además de las típicas cuestiones de calor, sol, y en definitiva, lo que sucede en todas las terrazas.
Bolsas de cultivo
.En cultivos “normales”, presentan la gran ventaja de facilitar enormemente los trasplantes, ya que con cortar la bolsa con la planta por abajo e introducirla en una mayor con nueva tierra es suficiente sin necesidad de extraer todo el bloque de tierra y raíz, con lo que el estrés es mínimo.
Incluso puede ni ser necesario trasplantar si las partes bajas de la planta fueron podadas y podemos rellenar la bolsa con más sustrato.
Espacio, variedad y luz
El reparto del espacio es bien sencillo, sólo hay que tomar la precaución de que las plantas no se tapen unas a otras.
En esta etapa en que aún no han crecido lo bastante, podemos acercar unas bolsas a otras sin ningún problema. Sólo más adelante necesitaremos irlas separando cuando el diámetro de la planta supere al de la bolsa.
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