Para evitar cualquier situación inesperada e irregular, en California, Estados Unidos, las tiendas de cannabis ahora contarán con códigos en un lugar visible de sus escaparates para que quienes estén en busca de sus productos puedan conocer de antemano si el establecimiento cuenta con los permisos requeridos por ley.
Los códigos QR que sean exhibidos podrán ser escaneados por los usuarios a través de las cámaras fotográficas de su celular, las cuales conectan el lector al sistema de licencias en línea de la oficina.
La iniciativa, promovida por la Oficina de Control de Cannabis, busca informar a los consumidores si la tienda en la que va a comprar cuenta con productos rastreados, probados y legales.
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¿Qué hacer si un teléfono no lee códigos QR?
De acuerdo con las autoridades de California, si el consumidor no cuenta con un teléfono inteligente que pueda leer códigos QR, los interesados pueden ingresar a la página de la Oficina de Control de Cannabis (CApotcheck.com) y utilizar la herramienta de búsqueda de licencias para verificar la información legal del dispensario que le interese.
Esta nueva modalidad surge debido al crecimiento del mercado ilícito de cannabis, pues aunque este producto es legal en el estado, algunos consumidores y productores prefieren evitar el pago de impuestos de hasta el 50 % para ahorrarse algo de dinero.
Esto afectaría en grandes proporciones a los inversionistas, quienes con la legalización de la marihuana para uso recreativo en 2016 proyectaron ganancias de más de seis mil quinientos millones de dólares para 2020.
Actualmente, de los doce mil millones de dólares en ventas estimadas, 8700 se van al mercado ilícito, es decir, a los comerciantes que no se apegan a las estrictas regulaciones sanitarias ni pagan impuestos.
Pero no solo eso. El mercado negro de cannabis además de ser un problema para las finanzas del estado, podría convertirse en algo peor: un dolor de cabeza para el sector de la salud pública cuyos primeros avisos pueden verse en las enfermedades y muertes relacionadas con los vaporizadores ilegales.