“Es una ‘lástima’ que se venda cannabis ‘como medicina’ cuando hay pocas ‘bases científicas’ para recomendarlo”, tituló el semanario Búsqueda el 4 de julio una entrevista que le hizo al médico Carlos Batthyány, director del Institut Pasteur de Montevideo. Tanto en esa entrevista como en la que dio en Canal 4 el 11 de julio, Batthyány expresó que en esta área “la evidencia científica es muy poca”, y transmitió su preocupación por la falta de controles de productos no regulados.
Si bien no cuestionó los testimonios de pacientes que dicen obtener efectos muy beneficiosos, dijo que “a nivel poblacional no tenemos evidencia para recomendar” esas formulaciones, porque no hay estudios clínicos que las avalen.
Requieren más estudios
La Sociedad Uruguaya de Endocannabinología (Suen) emitió un comunicado de prensa a raíz de las declaraciones de Batthyány. Ambos discursos tienen muchos puntos en común; la principal discrepancia está en la valoración de los estudios científicos.
En el comunicado, la Suen recuerda que los estudios relacionados con el uso del cannabis medicinal comenzaron en 1839 en la Universidad Hebrea de Jerusalén, y que a partir de 1961, cuando el cannabis fue incluido en la lista 1 de estupefacientes, no se permitió hacer más investigación clínica, pero sí se hace investigación preclínica con animales, no con humanos.
Batthyány remarca que la agencia estadounidense de regulación de medicamentos (FDA, por su sigla en ingles) aprobó el uso del THC tetrahydrocannabinol y el CDB cannabidiol para cuatro usos: evitar las náuseas en pacientes que reciben quimioterapia, tratamientos para la pérdida de apetito en pacientes inmunodeprimidos, dos estados convulsivos epilépticos (principalmente en niños) y minimizar dolores y espasmos musculares en pacientes con esclerosis múltiple.
Pero insiste en que esas son las cuatro únicas indicaciones que se pueden dividir y llegar a siete, dijo sobre las que hay datos suficientes para autorizar estas medicinas. Plantea, además, que hace dos meses la FDA “se sentó a escuchar a todas las personas que tienen ‘datos’ sobre el cannabis”, entre ellos pacientes y personas que preparan formulaciones, “y la conclusión fue que no hay datos para decir que sí ni que no, y esa es la posición científica que hay sobre el tema”, explicó.
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