La empresa pública de Quebec lanza un proyecto piloto para que el cliente reciba el cannabis el mismo día del pedido
La legalización canadiense del cannabis recreativo cumplió un año el 17 de octubre. Según una encuesta de Estadísticas Canadá, el 61% de las ventas se efectúan aún en el mercado negro, aunque economistas de Scotiabank calculan que representan el 71%.
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El discreto número de tiendas autorizadas en el país y sus cortos horarios de servicio, además del tiempo que se demoran los envíos a domicilio cuando se adquiere la hierba legalmente por Internet, benefician a los grupos criminales. La Sociedad Quebequesa del Cannabis (SQDC) va a poner en marcha un programa piloto para entregas rápidas.
“Es una opción suplementaria que queremos ofrecer a nuestros clientes. Se trata de una medida más, dentro de nuestro mandato, para que los compradores migren al mercado legal”, afirma Fabrice Giguère, portavoz de la empresa pública.
La compañía estatal tiene el monopolio de ventas de cannabis en la segunda provincia más poblada del país; efectúa sus envíos a domicilio por medio de Canada Post, la agencia federal de correos, y llegan a la puerta del comprador en un periodo de entre uno y tres días laborables. El 20 de noviembre, la Sociedad Quebequesa del Cannabis lanzó una licitación para encontrar a una empresa capaz de realizar entregas aceleradas. El proyecto, que durará entre seis y nueve meses, se desarrollará únicamente en la isla de Montreal, aunque la intención es incluir más adelante varias poblaciones cercanas. “El 100% de los paquetes debe entregarse a la clientela el mismo día del pedido, antes de las diez de la noche, de lunes a domingo”, detalla el documento. A su vez, abre la posibilidad de un servicio más rápido: en un periodo de una hora, dentro de los sectores seleccionados.
Giguère indica que la selección de la empresa dependerá en gran medida de que pueda cumplir a rajatabla con todos los protocolos establecidos. Uno de ellos es la seguridad. La firma deberá entregar una lista completa de empleados y subcontratantes para ser aprobada por la Sociedad Quebequesa del Cannabis o para efectuar cambios. Además, los trabajadores de la compañía no podrán almacenar la droga por ningún motivo en sus vehículos ni en sus domicilios.
Jean-Sébastien Fallu, profesor de psicoeducación en la Universidad de Montreal e investigador en el Instituto universitario sobre las adicciones, comenta: “Es un proyecto atinado. La accesibilidad es uno de los elementos para golpear el mercado negro. El proyecto puede incentivar que los hábitos de compra se dirijan más a vías legales”. Algunas voces en los medios de Quebec han señalado que las entregas rápidas podrían provocar que aumente el consumo de la hierba. Fallu responde al respecto: “Las entregas ilegales a domicilio ya existen. De hecho, en Montreal hay toda una red al margen de la ley que funciona de forma eficiente desde hace tiempo. No se va a crear algo nuevo. Lo importante es que no aumente el consumo con riesgos”.
David, un montrealés, fuma marihuana varias veces a la semana. “Vivo a media hora en transporte público de la tienda de la Sociedad Quebequesa del Cannabis más cercana”, relata. “En ocasiones la compro cuando paso por una de estas tiendas. Nunca voy exclusivamente para eso”, continúa. Este diseñador gráfico de 32 años comenta que no adquiere la hierba por Internet —a través de la página de la compañía estatal— porque tarda varios días en llegar. “Cuando ya no me queda, llamo a la persona que me la ha vendido desde hace años y la trae el mismo día a casa. Está muy bien que la SQDC pueda ofrecer un tiempo de entrega igual o menor, pero mi decisión va a depender de cuánto cueste el servicio”, añade.