Cualquier planta de cannabis es apropiada para hacer esquejes. Y cualquier momento a lo largo de la fase de crecimiento podremos hacerlo. Un esqueje o clon tiene la ventaja de ser una copia genética de su madre. Contará con el mismo período de floración, los mismos efectos, el mismo sabor… En definitiva, a partir de un pequeño segmento obtendremos una nueva planta.
Normalmente cuando se cultivan esquejes, proceden de plantas seleccionadas como los famosos “clones élite”. De entrada, contamos con sus referencias en cuanto a lo qué esperar de ellos. Comportamiento durante el cultivo, resistencia a plagas y hongos, producción, efectos, aromas… Así que en principio será fácil predecir el resultado final. No tiene sentido cultivar un esqueje de una variedad que no nos guste.
Pero como decimos, cualquier planta hembra es buena para conseguir otra u otras nuevas plantas. A fin de cuentas, una semilla no deja de ser una caja de sorpresas que nunca sabemos que nos puede llegar a ofrecer. Cuando se hace una gran selección se apuesta por una gran cantidad de semillas. Pero en ocasiones las probabilidades de encontrar la mejor de las plantas no necesariamente obliga a invertir en muchas semillas. Con sólo una podemos encontrar la semilla entre un millón, ésa que ha dado lugar a grades selecciones como la Bilbo, Amnesia de Hy-Pro, Black Domina Barraquera…
Hacer un esqueje es muy sencillo. Si hasta ahora se te han resistido y has tenido más fallos que aciertos, puede ser una simple cuestión de suerte. En climas húmedos y de temperaturas suaves, llegan incluso a enraizar al aire libre sin ningún tipo de protección. Incluso en un vaso con agua si se dejan en una esquina poco iluminada del armario. En climas secos y de temperaturas cálidas, un esqueje sin protección puede durar vivo apenas unas horas. Todo se trata de encontrar un sistema que a uno le funcione en su clima o circunstancias.
Lo primero antes de hacer esquejes, es tener a mano todo lo necesario para evitar que transcurra demasiado tiempo entre que cortamos la rama y la introduzcamos en el sustrato. Necesitaremos una cuchilla muy bien afilada, mejor si es nueva, y una tijera de corte limpio. También sustrato, que la mejor opción son los jiffys de turba o fibra de coco, o los tacos de lana de roca. Cualquiera de ellos con muy cómodos, aunque también podemos usar un buen sustrato en macetas pequeñas. Y opcional, aunque ayuda mucho, son las hormonas de enraizado.
Lo primero es un par de horas antes de comenzar a cortar ramas, es regar bien la planta. Podríamos meter las ramas recién cortadas en un vaso de agua, apenas tardarían unos minutos en hidratarse completamente. Pero siempre será mejor que se hidraten de manera natural, además que estarán recibiendo una buena dosis de minerales. Así que regamos bien, y mientras vamos preparando los jiffys o tacos de lana, hidratándolos y estabilizando el pH en el caso de la lana.
Comenzamos a cortar
Ahora si comenzamos a cortar las ramas que vayamos a esquejar, con una tijera muy bien afilada y siempre realizando cortes en diagonal. Deben tener un tamaño de unos 10cm y al menos unos 4 nudos. Y sobre el último nudo antes de la base del tallo, haz un corte en diagonal. Ésto servirá para aumentar el área de contacto y el esqueje enraíce más rápido. Raspa también un poco el tallo sobre el corte en un lado.
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Si va a aplicar las hormonas de enraizado, hazlo en este momento. Y finalmente, haz un agujero en cada jiffy o taco de lana, introduce el tallo del esqueje. Aprieta el medio para eliminar los excesos de humedad, pero con cuidado de no compactarlo en exceso. Así también se fijará el esqueje y quedará más seguro. Recorta las hojas más grandes, lo que ayudará a reducir la pérdida de humedad.
Los esquejes los primeros días requieren una humedad muy elevada. Podemos hace un clonador improvisado con un tupper plástico o una garrafa. A los 3-4 días, ya podemos ir ventilando cada día un poco. Pasados unos 7-10 días, podremos ver como raíces fuertes comienzan a asomar. Simplemente los pasaremos a una maceta con buen sustrato para comenzar sus cuidados como una planta normal.
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