Al empezar un cultivo de cannabis para fines medicinales o científicos, los pasos incluyen varias responsabilidades. Muchas de ellas se basan en la serie de extensos permisos ante diferentes entidades del Gobierno, pero más allá de eso, también entre los altos precios.
Para comenzar, las empresas que están haciendo inversiones en sus primeros cultivos deben tener en cuenta las altas sumas, pues cálculos del sector hablan de entre US$1,8 y US$2 millones como mínimo. Esta proyección incluye una hectárea de cultivo, los permisos para ella, una planta de transformación y las licencias adicionales para esta.
Aunque invertir en una actividad que inicialmente exige de casi $7.000 millones, el dinero ha llegado con fuerza y esto se evidencia en que al momento de revisar los permisos que entregó hasta el cierre del primer semestre el Ministerio de Justicia, ya hay 247 licencias para un grupo de más de 60 empresas entre pequeños y medianos productores, y grandes multinacionales.
De hecho, el Estado ha recibido más de $10.000 millones por los trámites de permisos básicos, los cuales se dividen en 35 licencias entregadas para el uso de semillas, 83 para cultivo de plantas de cannabis psicoactivo y 129 no psicoactivo.
Además de lo anterior, Rodrigo Arcila, presidente de la Asociación Colombiana de la Industria de Cannabis (Asocolcanna), dijo que “no solamente se necesitan las licencias del MinJusticia, sino que ese es el primer paso. Están todos los permisos del ICA y autorizaciones del Fondo Nacional de Estupefacientes (FNE), porque existen regulaciones en la que, si la planta es psicoactivo y no es de ese tipo, generaría que pase a ser vigilada por el FNE”.
Precios adicionales
Aunque las cifras pueden parecer altas para comenzar, las empresas que se están instalando para el largo plazo encontraron un punto a favor en Colombia y es el costo de producir en regiones locales que en las de otros países. Sacar un gramo de la flor de marihuana colombiana vale entre US$0,5 y US$0,8. En Bolivia sube para la misma cantidad a un rango entre US$0,7 y US$0,9; en Perú va desde US$1,8; mientras que en otros países como Canadá llega a US$2,1.
Clever Leaves recibió el sello BPM
El Invima entregó el sello que certifica que la planta de producción farmacéutica y los laboratorios de investigación, desarrollo y control de calidad de Clever Leaves cumplen con las Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) para la fabricación de productos fitoterapéuticos. De esta manera, la compañía da un paso tras recibir el permiso para la fabricación de medicamentos a base de cannabis medicinal. Es decir, ahora se puede desarrollar medicinas a base de recursos naturales con formas farmacéuticas líquidas de soluciones oleosas. Esta certificación sirve para garantizar la calidad de sus referencias.
Fuente: Agronegocios
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