Un nuevo estudio ha descubierto que las cepas de cáñamo industrial con alto contenido de CBD disponibles comercialmente pueden contener niveles ilegales de THC, lo que puede poner en riesgo el trabajo de los cultivadores de cáñamo.

El hallazgo de los investigadores de la Universidad de Georgia publicado en Frontiers in Genetics en julio de 2021 advierte a los cultivadores de cáñamo con CBD sobre cepas de cáñamo poco confiables que pueden ponerlos en riesgo de cultivar cultivos de cáñamo ilegales.
Cáñamo caliente, o cultivos calientes, es un término para definir el cáñamo con un nivel de THC superior al 0,3%, el umbral legal establecido por la Ley Agrícola de 2018, que regula la cadena de suministro de cáñamo a nivel federal. Cultivar cultivos calientes puede causar grandes pérdidas y una pérdida de tiempo para los productores. Si reconocen cultivos que contienen niveles de THC superiores al 0,3%, los agricultores tienen que destruir los cultivos calientes y pagar por su eliminación.
Los investigadores han tenido en cuenta 22 cepas de cáñamo industrial disponibles comercialmente, generalmente utilizadas para producir productos de CBD. La mayoría de las cepas de CBD cultivadas con semillas han mostrado un rendimiento y perfiles químicos inconsistentes. La mayoría de las cepas analizadas están lejos de reflejar los niveles de CBD y THC según los certificados de análisis (COA) suministrados.
El informe concluye que el mercado actual de variedades de cáñamo con alto contenido de CBD puede ser muy poco confiable, lo que hace que muchas compras sean riesgosas para los productores.
Desde que la Farm Bill entró en vigor en 2018, muchos agricultores y empresas estaban interesados en la producción de cáñamo, especialmente para cepas con un alto nivel de CBD y otros cannabinoides no psicoactivos, incluidos CBG y CBN.
La Farm Bill de 2018 define al cáñamo como la planta Cannabis Sativa con una concentración de THC (el cannabinoide que te eleva) por debajo del 0,3%. Las plantas con un nivel más alto de THC son ilegales a nivel federal.
El COA es esencial para los productores, ya que es un documento de un laboratorio externo acreditado que verifica el cumplimiento normativo de los niveles de THC.
Los investigadores han analizado 137 muestras de flores para determinar el contenido de cannabinoides. Algunos niveles de THC han alcanzado hasta un 11,08% de THC. Ochenta y nueve plantas produjeron flores con más del límite legal de 0,3% de THC. Los niveles de CBD alcanzaron hasta un 16,7%. Doce plantas han desarrollado THC sin CBD, según muestran los datos.
Algunas cepas vendidas por contener líneas con alto contenido de CBD no han mostrado una producción de CBD detectable, lo que representa una inversión en vano para los productores. Algunos otros contenían niveles de THC superiores al 10%, lo que significa que esos cultivos eran similares a las plantas de marihuana, que son ilegales a nivel federal. Además, la proporción de CBD a THC varió ampliamente, hasta 28: 1. Algunas cepas produjeron niveles bajos de THC pero también niveles bajos de CBD.
Los certificados son esenciales para que los productores sepan que su cultivo permanecerá por debajo del límite legal del 0.3% para el THC, además de estimar el retorno de la inversión para el CBD. Sin embargo, los investigadores han notado que la mayoría de las cepas tenían menos CBD de lo que mostraban sus certificados, y casi todas tenían más niveles de THC que los mostrados, lo que podría causar problemas a los cultivadores comerciales.
Los investigadores reconocen que la Ley Agrícola de 2018 ha creado una delgada línea entre el cáñamo y la marihuana. Sin embargo, muchos agricultores prefieren plantar semillas que clones con mayor consistencia porque es más económico. Pero una decisión de bajo costo conlleva riesgos, ya que la inconsistencia de la genética de la planta y la feminización de semillas pueden complicar la producción de cáñamo de manera rentable.
Al observar un camino engañoso entre varios COA y sus análisis, los investigadores han notado en varios COA una falta de adherencia a las pautas de prueba del USDA. Además, han recomendado comenzar a usar nombres únicos para cada cepa porque han encontrado variedades con el mismo nombre pero con diversidad genómica y química. “Esto no solo ayudará a aclarar el mercado, sino que también permitirá a cada empresa capitalizar la marca de sus variedades únicas”, afirmaron los investigadores. Finalmente, los investigadores apoyan el proceso de certificación de semillas para permitir a los productores comprar semillas confiables.
El número de acres y productores de cáñamo se desaceleró en 2020 por primera vez desde la legalización federal del cáñamo en 2018, según Vote Hemp, una organización de defensa de la industria del cultivo del cáñamo de EE. UU. Que rastrea el cultivo de cáñamo en los Estados Unidos desde 2016.
En 2020, las cifras muestran que en 46 estados con programas activos de cáñamo y 41 tribus con planes aprobados por el USDA, había 336,655 acres con licencia, 70,530 acres plantados, 33,844 acres cosechados y 6,234 acres calientes.
La desaceleración de las ventas de productos de CBD se debe a la falta de regulación de la FDA, lo que crea incertidumbre en el mercado. Además, el aumento masivo del 455% en nuevos productores en 2019 puede atribuirse a la especulación. En 2020, 46 estados ejecutaron programas de cáñamo, pero hubo una disminución en las licencias y la superficie.
