Cuando estalló una pelea entre los estudiantes de Belleview High School en el centro de Florida, el funcionario escolar Mike Hickman entró en la refriega y puso su cuerpo en la línea para intervenir.
Nada en el código administrativo de la escuela le asignó la tarea de arriesgarse para garantizar la seguridad de sus estudiantes, pero lo hizo de todos modos.
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Un veterano de combate de la Infantería de Marina que sufrió lesiones graves mientras prestaba servicio en la Guerra del Golfo de 1990-1991, Hickman ha pasado los últimos treinta años viviendo con dolor crónico a causa de esas heridas y de una serie de cirugías a las que se sometió para curarlas. Durante un tiempo, confió en los opioides recetados para el alivio, pero luego descubrió que el cannabis funcionaba mucho mejor. Podía obtener alivio sin los efectos secundarios graves, y el riesgo de adicción y sobredosis, que acompaña al uso de opioides.
Hickman desempeñó su trabajo en Belleview, donde trabajó como gerente de servicios para estudiantes de la escuela, admirablemente, durante años, mientras manejaba en forma privada su condición médica.
Luego vino la pelea en el patio de la escuela.
