La marihuana (hierba) se obtiene de las partes secas de la planta de cannabis.

El eslogan común en los paquetes de cigarrillos dice: “Los fumadores pueden morir jóvenes”. Esta es una declaración verdadera y fáctica.
La marihuana se puede fumar, inhalar, cocinar, hornear y beber como té. La marihuana se fuma de forma recreativa con amigos y también es un hábito de estilo de vida.
La marihuana hace que algunos de los usuarios se sientan tranquilos y relajados, mientras que puede provocar un aumento de la depresión y la ansiedad en otros.
La marihuana tiene un valor positivo para las personas con cáncer, ya que ayuda a mejorar su apetito y a aliviar el dolor y las náuseas.
Sin embargo, fumar marihuana tiene varias desventajas.
- La hierba contiene carcinógenos tóxicos que pueden exacerbar las afecciones pulmonares existentes, como el asma y las alergias.
- Fumar marihuana puede provocar bronquitis, que es la inflamación de los bronquios que llevan la sangre a los pulmones y la flema, que es el exceso de moco en el tracto respiratorio.
- La hierba aumenta la frecuencia cardíaca y hace que el corazón necesite más oxígeno. Si una persona tiene problemas cardíacos subyacentes, fumar marihuana la hace más susceptible a sufrir insuficiencia cardíaca o ataque cardíaco.
- La hierba también causa glaucoma, que es una afección ocular que daña el nervio que conecta el ojo con el cerebro.
- La marihuana también puede causar pérdida de memoria porque la sustancia del cannabis perturba la señalización neuronal que envía receptores a la parte del cerebro responsable de los recuerdos.
- La marihuana puede interferir con la vida cotidiana cuando una persona se vuelve adicta a ella.
No hay garantía de que una persona viva una vida larga, pero cuidar su salud negándose a ingerir sustancias nocivas lo pone menos en riesgo.