La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en México dieron a conocer recomendaciones para la regulación de la marihuana medicinal en México y en el mundo.
Olga Sánchez Cordero, actualmente secretaría de Gobernación y senadora con licencia, presentó en noviembre de 2018 una iniciativa en la que planteó la regulación de la marihuana no solo con fines medicinales, sino también recreativos. La propuesta contempla desde la creación de cooperativas hasta la de un instituto que emita los lineamientos para el uso de esta sustancia y sus derivados.
Antonino De Leo, representante de UNODC en México, resaltó que en el uso de la marihuana medicinal se deben incrementar los esfuerzos para garantizar que los analgésicos lleguen a todas las personas, sin perder de vista los peligros y los riesgos en relación con el uso del cannabis con fines no médicos.
El representante de la JIFE en México, Raúl Martín del Campo, se pronunció respecto de los cambios que vienen sobre la legalización de las sustancias psicotrópicas, teniendo en cuenta que estos deben cumplir con los tratados internacionales. Además, anunció que la Organización Mundial de la Salud (OMS) llevará a cabo la reclasificación del cannabidiol con fines médicos.
La JIFE reconoció algunos de los últimos esfuerzos del Estado mexicano, como es la creación de la Oficina Nacional de Política de Drogas, así como la labor llevada a cabo por el programa de acceso a sustancias controladas para fines médicos.
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¿Qué recomienda la JIFE sobre la regulación de marihuana medicinal?
Algunas de las recomendaciones emitidas durante la presentación de este informe son:
- Que el gobierno deba tener un buen control de la producción y oferta de cannabis para uso médico.
- Establecer medidas para asegurar que los cannabinoides médicos se usen bajo supervisión médica.
- Mantenimiento de la integridad de sus sistemas de regulación farmacéutica.
- Reconocer y advertir que la eficacia demostrada con ensayos clínicos y revisiones sistemáticas es moderada.
- Necesidad de mayor investigación para vigilar la seguridad: efectos adversos a largo plazo dado que solo hay estudios a corto plazo.
- Vigilar la especificidad de padecimientos atendibles con cannabis.
- Vigilar las estrategias publicitarias para no posicionar el uso de marihuana como una alternativa.