Antes del inicio de la pandemia de COVID-19, un irritante importante para las empresas legales de cannabis era la vertiginosa variedad de paquetes de software diferentes y, a veces, superpuestos necesarios para operar en la industria. Los cultivadores, procesadores y minoristas deben satisfacer requisitos reglamentarios complejos además de administrar sus propias operaciones. Todo esto se gestiona a través de un sofisticado software.
En el caso de los minoristas y dispensarios médicos que venden a los consumidores, el software que ayuda a estas empresas a cumplir con las reglas de seguimiento y localización de su estado también ofrece pantallas de menú, permite pedidos en línea, facilita la entrega donde está permitido y más. Si bien algunas de estas ofertas de software podrían converger algún día, la funcionalidad única que brinda cada uno hoy es esencial.
Una vez que COVID-19 se apoderó, el guión cambió. Ya no se consideran gastos confusamente redundantes y cuestionables, estas pilas de software se vieron como salvavidas para los minoristas. A partir de marzo, la regulación estatal cambió rápidamente debido a la pandemia, y los dispensarios y minoristas tuvieron que mantenerse al día. Su software les ayudó a adaptarse sin problemas a las nuevas reglas, asegurando que no experimentaran interrupciones importantes.
El software de cannabis crea rentabilidad
Imagine a una empresaria que abre un nuevo dispensario de cannabis en California y las opciones de software que se tomarán antes de abrir sus puertas.
Para comenzar, necesita tener un punto de venta, una plataforma de software de gestión de inventario y auto cumplimiento como Greenbits (la compañía que cofundé), que puede conectarse al sistema de seguimiento y localización a nivel estatal, que es Metrc en California. A continuación, el dispensario debe poder conocer a los clientes donde se encuentran en Internet y en dispositivos móviles, por lo que tener un proveedor de software de menú en línea como Leafly o Weedmaps es clave. En California, a los dispensarios se les permite entregar productos de cannabis, por lo que el empresario puede suscribirse al software para ayudar a procesar pedidos, como Dutchie, y luego otra pieza de software para facilitar las entregas, como OnFleet. Dutchie también ofrece una función de quiosco para los minoristas, lo que permite a los pacientes navegar digitalmente por productos una vez dentro del dispensario, por lo que puede ser necesario un complemento.
Sin embargo, esta tecnología demostró ser una bendición disfrazada durante la actual crisis de coronavirus, ya que los estados individuales comenzaron a promulgar diferentes políticas para proteger la salud pública. Por ejemplo, Colorado ordenó la recolección en la acera para que los dispensarios permanecieran abiertos, mientras que Nevada solo permitió la entrega. Tener este software en su lugar significó la diferencia entre permanecer abierto o cerrarse porque permitió a los minoristas adaptarse instantáneamente a las nuevas regulaciones. En Colorado, un minorista podría recibir pedidos a través de Dutchie y llevarlos a un consumidor. En Nevada, los minoristas podrían usar OnFleet para pasar al modelo de solo entrega. Las ventas legales de cannabis continuaron e incluso aumentaron en la mayoría de los estados legalizados en un momento en que las personas no podían ingresar a un minorista.
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