Días después de que Mississippi se convirtiera en el estado número 37 en legalizar la marihuana medicinal, el Departamento de Salud del estado dijo el viernes que está trabajando para desarrollar su parte del programa
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El departamento dijo en un comunicado de prensa que para junio planea comenzar a aceptar solicitudes en línea para licencias para pacientes, médicos, instalaciones de cultivo de cannabis y otros. Debido al tiempo necesario para establecer el sistema de licencias, los primeros dispensarios están a meses de estar abiertos.
“El objetivo es brindar un programa seguro y accesible que satisfaga las necesidades de los pacientes y la salud pública y la seguridad de todos los residentes de Mississippi”, dice el comunicado.
El gobernador republicano Tate Reeves firmó el miércoles una nueva ley para permitir el uso médico de la marihuana para personas con enfermedades debilitantes como el cáncer, el SIDA y la enfermedad de células falciformes.
La nueva ley permitirá a los pacientes comprar hasta 3,5 gramos de cannabis al día, hasta seis días a la semana. Eso es alrededor de 3 onzas por mes. Establece impuestos sobre la producción y venta de cannabis, y especifica que las plantas deben cultivarse en interiores en condiciones controladas.
La ley otorga a las ciudades y condados 90 días para optar por no permitir instalaciones de marihuana medicinal, para cultivar o vender. Pero la gente de esas comunidades podría solicitar una elección para anular las decisiones de los funcionarios locales y permitirlas.
La mayoría de los votantes de Mississippi aprobaron una iniciativa de marihuana medicinal en noviembre de 2020 y habría permitido a las personas comprar hasta 5 onzas al mes. La Corte Suprema del estado la invalidó seis meses después al dictaminar que el proceso de iniciativa del estado estaba desactualizado y que la medida no se incluyó correctamente en la boleta electoral. La Legislatura de Mississippi pasó meses negociando el proyecto de ley que firmó el gobernador.
Reeves presionó a los legisladores para que redujeran la cantidad de cannabis que las personas podían obtener cada mes, diciendo que no quería un programa médico que condujera al uso recreativo generalizado de la droga.
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