La marihuana y el sexo, particularmente cuando se trata de mujeres, tienden a tener una relación positiva. Muchos estudios han demostrado que, para algunas personas, el medicamento puede ayudarles a tener mejores orgasmos, sentirse más relajados y más conectados con sus parejas.
Un nuevo estudio publicado en la revista Sexual Medicine compiló datos de más de 400 mujeres que consumían marihuana regularmente y descubrió que el consumo frecuente de cannabis estaba relacionado con una mayor excitación, mejores orgasmos y más satisfacción sexual en general.
“Nuestros resultados demuestran que la creciente frecuencia del consumo de cannabis se asocia con una mejor función sexual y con una mayor satisfacción, orgasmo y deseo sexual”, dijeron los autores del estudio.
Los investigadores se pusieron en contacto con mujeres que respondieron a una invitación de las tiendas minoristas de cannabis y les pidieron que completaran un Índice de Función Sexual Femenina (FSFI), una encuesta diseñada para evaluar la actividad sexual a lo largo de sus 4 semanas previas. La prueba implica que cuanto mayor sea el puntaje, mayor será la función sexual, con puntajes bajos relacionados con la baja función sexual. Para obtener resultados, los investigadores compararon el nivel de consumo de cannabis de cada participante con su puntaje FSFI.
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Las mujeres que consumieron cannabis con mayor frecuencia informaron una mejor función sexual en diferentes aspectos de su vida sexual, desde mejores orgasmos hasta niveles más altos de excitación. Un subconjunto de estas mujeres también informó haber experimentado menos dolor durante las relaciones sexuales, algo que se ha hecho eco en otros estudios realizados sobre el consumo de cannabis y la sexualidad.
Si bien ha habido algunos vínculos negativos entre el sexo y la excitación masculina, cuando se trata de las mujeres, parece que la droga las hace sentir menos ansiosas y más relajadas, lo que se traduce en una experiencia sexual más positiva. Los investigadores aún no han identificado la relación que existe entre el cannabis y el sexo, pero cada vez más evidencia sugiere que hay algo allí y que vale la pena investigar.