¿No sabes que hacer en estas próximas vacaciones? Si tienes una alcancía llena de ahorros, te sugerimos 10 destinos turísticos que un buen amante de la marihuana debería visitar. Si estás más pegado que zancudo en la pared, siempre te queda la opción de fumarte un buen porro que te permita viajar bien lejos sin moverte del sofá.
Uruguay
Es el primer país que ha llevado a cabo una regulación completa de la marihuana, tanto medicinal como recreativa. En Uruguay se permite tanto el autocultivo como la venta en algunas farmacias. No se castiga la posesión ni el consumo y también hay clubes sociales de cannabis en los que los socios cultivan y fuman tranquilamente sus cosechas.
Las playas de Uruguay son espectaculares. Cabo Polonio, Pocitos en Montevideo, el Barrio Historico o la Calle de los Suspiros en la Colonia Sacramento o el mirador de Punta Ballena son lugares que visitar, al mismo tiempo que disfrutamos de unos sabrosos canutos. Eso sí, la venta legal está restringida a solo ciudadanos uruguayos que hayan solicitado una licencia.
Estados Unidos
Washinton es uno de los estados en los que la marihuana es legal y cualquier persona mayor de 21 años puede consumir cannabis en un espacio privado, cultivar seis plantas y poseer hasta 56 gramos. Sin embargo la compra y venta de cannabis recreativa sigue siendo ilegal.
Si nos vamos hasta Colorado, nos encontramos con el primer mercado público de marihuana de Estados Unidos donde si queremos, habrá una furgoneta esperándonos llena de maría para hacer un tour cannábico por la ciudad, incluyendo grandes cultivos y dispensarios de marihuana.
Visitar el Gran Cañón del Colorado, el Jardín de los Dioses, el Parque Nacional de las Montañas Rocosas, el Museo Nacional del Aire o las increíbles Balcony House en el Parque Nacional de Green Table, son algunas de las actividades con las que pasar las horas de vuelo a causa de algunas de las genéticas más legendarias de Estados Unidos como la OG Kush, y tomar un respiro a mitad de nuestras vacaciones.
Canadá
Vancouver es la ciudad canadiense que se ha ganado el título de epicentro a favor de la lucha por la legalización del cannabis. Es usual ver gente fumando porros en las playas, parques y plazas.
Ésta ciudad costera de la Columbia Británica, provincia famosa por sus cultivos de cannabis, tiene numerosos establecimientos donde se puede fumar marihuana similares a los coffees holandeses.
Tiene una extensión un poco mayor que la de EEUU y una población 10 veces menor. Siendo el segundo país más grande del mundo por detrás de Rusia, perderse en Canadá y conectar con la naturaleza es muy sencillo. Las Cataratas del Niágara, el Parque Nacional de Banff, el Lago Louise, el Parque Nacional de Jasper, el Lago Manchado, entre muchísimos otros.
Holanda
Es nuestro próximo destino, la cuna europea del cannabis recreacional. Los coffee shops abundan en todo el país y en especial en Amsterdam, la capital. No dejan de ser un bar normal donde podemos pedir un cigarrito de la risa y fumarlo tranquilamente en una mesa.
De alcohol nada de nada, como mucho en alguno se puede encontrar cerveza sin alcohol.
Además Amsterdam es una ciudad preciosa, con canales, casas flotantes y muchísimos lugares de interés, desde el famoso Barrio Rojo al Hortus Botánicus, uno de los jardines botánicos más antiguos de Europa que data del 1638. El Mercado de las Flores, la iglesia Oude Kerk, la zona de Leidseplein llena de artistas callejeros o la Heineken Experience, una exposición interactiva dedicada a la historia que rodea a la prestigiosa marca de cerveza.
Laos
Un país sin salida al mar que limita con Birmania, China, Vietnam, Camboya y Tailandia, cuna de algunas de las sativas asiáticas más potentes junto a las vecinas Thais.
Vang Vieng es una ciudad turística en la Provincia de Vientián, situada junto al río Nam Song, que ha adquirido una gran fama por el turismo de mochileo y conocida por los occidentales como la versión salvaje de Ibiza, donde abunda el alcohol y por supuesto la marihuana, que no cabe duda de su calidad.
Laos es un país para perderse y aspirar cultura budista, que incitan a la reflexión y relajación, a pesar de que sus sativas invitan a no estarse quieto. Lleno de templos, ruinas, marihuana y gente muy amable, enseguida se comprende porque a pesar de ser uno de los países más pobres de Asia no necesitan mucho para alcanzar la felicidad.
Jamaica
Son gente feliz y desde que el gobierno ha legalizado la marihuana, incluso en los aeropuertos han puesto recientemente máquinas expendedoras de marihuana. Uno no tarda en comprender por qué son tan felices y la música fluye de ellos con tanta alegría y arte.
Visita obligada es el mausoleo de Bob Marley, aunque el viaje puede ser largo y tedioso, vale la pena llegar al corazón del Monte Sion, donde está la casa y la tumba de Bob. Es un sitio especial y si te abstraes un poco realmente te das cuenta de donde estás, te transmite algo extraño. Dicen que el espíritu de Bob vive allí, en su tierra prometida.
Montado un poco como negocio, se puede visitar la tumba de Bob y su familia, y sentarte en la cama donde engendró a sus 11 hijos. Famosas son también las cascadas de Dunn’s River de 8 ríos, para refrescarse del calor del sol y los porros.
España
Nada mejor que empezar por Barcelona, la capital española del cannabis con más de 200 clubs de marihuana abiertos a socios, casi la mitad de los que hay en el resto del territorio y en número aproximado al de coffee shops que hay en Amsterdam, siempre salvando las distancias entre las licencias que se permiten unos y otros.
El consumo y tenencia en la vía pública acarrea sanciones, pero siendo socio de un club o yendo acompañado por un socio no se tendrá problemas en disfrutar de la rica marihuana española.
Una vez contentito te puedes perder por la ciudad y visitar La Sagrada Familia, el Barri Gotic, el Portal de l’Angel, Plaça Catalunya, Las Ramblas, El Mercat de la Boquería o el barrio de la Barceloneta con el mar Mediterráneo de fondo. Los amantes del fútbol no pueden dejar de hacer una visita al Camp Nou y ver sus exclusivas 5 Copas de Europa.
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Nepal
Es un paraíso para los amantes del buen hachís y de la buena marihuana, aunque desde 1973 es ilegal. Este pequeño país a las laderas del Himalaya fue un paraíso para los hippyes en la en la década de los 60 y 70, donde se vendía con total normalidad marihuana en la famosa Calle Freak de Kathmandú.
Hoy por hoy, la policía suele hacer la vista gorda ante el consumo, centrándose más en el narcotráfico. Además está bastante implantado en la religión y defienden los derechos religiosos de los sadhus.
Los extranjeros si tienen un problema, algo bastante inusual, con un pequeño soborno se soluciona. Como la discreción es importante, siempre podemos darnos un paseo por la capital Kathmandú y sobrarán tiendas donde a un precio absurdo podemos comprar unos cogollos de la mejor marihuana y hash que hayamos podido probar. Muchos rastas sadhus ofrecen de fumar gratis si se quiere unir a ellos en los templos.
Australia
Hay un pueblo llamado Nimbin donde sobrevive una comunidad hippie desde 1973, siendo la población más alternativa y autosostenible de Australia, donde la contracultura cannábica se respira en el aire.
Nimbin se encuentra en las montañas, es un pueblo muy pequeño, en el que el consumo de marihuana está permitido. Vale la pena caminar por sus calles, entrar en las tiendas alternativas y Grow Shops.
Las fachadas de todas las casas e incluso los autobuses públicos y algunos coches están pintados de llamativos colores. También puedes visitar las Islas Whitsundays en el estado de Queensland, el desierto australiano en los estados de Western Australia y Northern Territory o el parque nacional de Kakadu en el estado de Northern Territory.
Marruecos
Es para los amantes del hachís lo que Argentina es para los amantes de los asados. Es el país que produce y exporta más hachís de todo el mundo. La ciudad de Chaouen o Chefchaouen es especial, es un pueblo singular donde los marroquís ofrecen hachís cada dos pasos.
Fumar es ilegal, pero por ser uno de los destinos famosos por su tradición de hash, las autoridades siempre están mirando para otro lado y en todo caso con una moneda siguen su camino. Si aquí no encontramos maría o hash, es porque ya vamos muy fumados.
Aproximadamente Marruecos produce un 70% del hachís del mundo, y el 95% sale de la zona de Ketama, localidad situada en las montañas del Rif.
Famosos también son los tambores de Ketama, el método usado por los productores de hachís golpeando los cogollos sobre un cedazo colocado sobre una especie de tambor. Hectáreas y hectáreas de marihuana, una locura por muchas veces que se vea.
Y como todo lo bueno se termina, hemos llegado al final de nuestra ruta, siempre sugiriéndote ser precavido al visitar estos u otros destinos turísticos amantes del cannabis.