Luxemburgo es pionero en Europa en encaminase para la legalización del cannabis para uso recreativo. El Gran Ducado está evaluando distintos modelos para regular el cultivo, la venta y el uso de la planta.
Para ello ha creado un grupo de trabajo que analizará posibles problemas y decidirá los primeros pasos de la legalización, anunció el Ministerio de Salud del país.
Esto también incluye “un contacto muy estrecho” con colegas de los Países Bajos y Canadá, anunció el Gobierno. A finales de mayo, el ministro de Salud, Etienne Schneider, viajará a Canadá “para recabar información de primera mano”.
Gobierno estatal estudia propuestas
En el futuro, todos los adultos de Luxemburgo podrán cultivar, comprar, poseer y consumir cannabis para uso personal, todo bajo condiciones estrictas, por supuesto, que aún tienen que ser determinadas.
El Gran Ducado espera que esto acabe con el mercado ilegal y la criminalidad asociada a su adquisición y reduzca los riesgos para la salud de los consumidores, garantizando una mejor calidad de la sustancia.
Los ingresos derivados de “la producción nacional y la cadena de ventas bajo control estatal” se destinarán a la prevención de las adicciones.
La legalización del cannabis “para uso recreativo” fue parte del acuerdo de coalición de los tres partidos liberal, socialdemócrata y verde que formaron el nuevo ejecutivo luxemburgués en octubre de 2018.
“Nos tomaremos el tiempo que sea necesario para implementar la legalización”, dijo un portavoz del Ministerio de Salud. Una agencia nacional de cannabis guiará el camino hacia la legalización, añadió.
Legalización en América
En octubre de 2018, Canadá se convirtió en el segundo país del mundo en legalizar el cultivo, la venta y el consumo de cannabis. Los adultos pueden comprar hasta 30 gramos de marihuana, llevarla consigo y fumarla. El cultivo privado para uso personal también está permitido en la mayoría de las regiones.
En 2014, Uruguay había sido el primer país del mundo en permitir el cultivo y la venta de cannabis bajo control estatal. Según el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, con sede en Lisboa, Luxemburgo sería el primer país de Europa en seguir este camino.
En otros países, como los Países Bajos, el cultivo y la venta sólo se toleran parcialmente.
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