El Congreso de México ha estado tratando de aprobar una legislación importante sobre el cannabis desde 2019, pero su primer intento de 2022 no tuvo un buen comienzo. Pocas horas después de que un grupo de senadores anunciara un nuevo proyecto de ley para regular el cannabis en el país, otros legisladores —del mismo partido— lo rechazaron. 
La escaramuza se desarrolló de esta manera: en su primera sesión como presidenta de la Comisión de Salud el 15 de febrero, la Senadora Lilia Margarita Valdez Martínez anunció que la Comisión de Justicia había entregado a la Comisión de Salud un proyecto de ley sobre la regulación del uso del cannabis para ser analizado y posiblemente aprobado. Pidió a los miembros de la comisión que lean y analicen la propuesta, “y hagan cualquier comentario que necesitemos hacer rápidamente”. El senador, quien es miembro del oficialismo Morena, explicó que la Comisión de Salud se reunirá con las Comisiones de Justicia y Estudios Legislativos “para ver si podemos resolver este tema en unos días”.
Los miembros de su propio partido, sin embargo, dijeron, en efecto, “no tan rápido”. Apenas unas horas después, el senador Ricardo Monreal, coordinador del grupo parlamentario de Morena en el Senado, dijo que la propuesta que hizo pública la Comisión de Salud es solo preliminar.
“No nos vamos a precipitar en nada”, dijo, y agregó que el borrador que estaba circulando “es un anteproyecto que hay que ponderar”. Y añadió: “No es consensual, no se ha pronunciado y no cuenta con el aval de los grupos parlamentarios”.
Monreal dijo que la propuesta aún tenía “algo de camino por recorrer”. “Está incompleto, es insuficiente. Actuaremos de manera coordinada. Debe ser una ley muy consensuada”, dijo Monreal a los periodistas.
Así continúa el estancamiento por el cannabis en México. En octubre de 2018, la Corte Suprema de la nación ordenó a los legisladores que aprobaran un proyecto de ley de legalización antes de octubre de 2019. Pero los legisladores no lograron llegar a un consenso sobre el asunto y luego el COVID-19 retrasó la discusión.
Después de que el Senado aprobara un proyecto de ley de legalización en noviembre de 2020, la Cámara de Diputados solicitó a la Corte Suprema una prórroga adicional para revisar la legislación y hacer enmiendas. La Corte concedió a los legisladores hasta el 30 de abril de 2021 para discutir y aprobar el proyecto de ley.
La cámara baja del Congreso hizo revisiones y envió el proyecto de ley al Senado, pero varios senadores se opusieron a las enmiendas de la Cámara de Diputados. En última instancia, el Senado no cumplió con la fecha límite de abril y optó por no solicitar una nueva prórroga.
En junio de 2021, el Tribunal Supremo declaró inconstitucional la prohibición del uso recreativo del cannabis. Aunque la decisión no legalizó totalmente el cannabis, permitió a los residentes de México solicitar permiso para consumir legalmente en casa. La Corte Suprema, en la misma sentencia, instó al Congreso a aprobar legislación con el fin de generar certeza jurídica para que los usuarios ejerzan su derecho.
A pesar del mandato del alto tribunal, el senador Gustavo Madero, del opositor partido PAN, no cree que la normativa se apruebe este año ni el próximo.
“Hemos leído anteproyectos de ley, hemos tenido discusiones, se han emitido enmiendas, se ha reunido el Congreso, pero al final del día algo pasa y no se convierte en ley y yo creo que así seguirá hasta el final de este administración en 2024”, dijo Madero a Cannabis Wire. Sostiene que la regulación del cannabis ha sido “retrasada” por el presidente Andrés Manuel López Obrador porque no forma parte de su “agenda”.
López Obrador, quien fue elegido en 2018, ha expresado su apoyo al uso médico, y algunos miembros de su partido, Morena, aparentemente están avanzando en la regulación del uso para adultos en el Congreso. Pero no tiene una postura pública clara hacia el consumo de cannabis en adultos.
En respuesta a la decisión de la Corte Suprema de 2021 sobre el cannabis, el presidente dijo que aunque respetaba la decisión, no descartaba respaldar una ley para revertirla.
“Si vemos que no ayuda, que no es bueno para el país, que no sirve para enfrentar el grave problema de la drogadicción, que no es bueno para detener la violencia, entonces actuaríamos”, López Obrador dijo.
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