Las modas pasan, pero el CBD ha venido para quedarse. De hecho, el cannabis se ha utilizado durante miles de años con distintos fines, en especial, fines medicinales.
Para tener una idea, la primera mención del consumo de cannabis data del 2300 ac, en un libro chino llamado Shu King. Lo utilizaban tanto para fabricar cuerdas y prendas de vestir, como para tratar el reumatismo y los fuertes dolores menstruales. La polivalencia de esta planta no es ninguna novedad.
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Aunque es evidente que en estos momentos el CBD está viviendo uno de sus momentos de máximo esplendor, queremos pensar que esto es debido a que, por fin, y después de muchos años, comienza a haber información clara y concisa acerca de este componente del cannabis.
El aumento de estudios que constatan y confirman los beneficios de este componente, y la publicación de los mismos, han ayudado, sin duda, a confirmar lo que muchos y muchas ya sospechábamos: el CBD contiene múltiples beneficios para la salud.
El CBD o cannabidiol es un cannabinoide que se encuentra en la planta del cannabis. Es el componente más estudiado, con mayor potencial terapeútico y que mejor es absorbido por nuestro sistema. Los responsables de esta absorción son los receptores cannabinoides que se encuentran en las células de todo el cuerpo humano, especialmente en el cerebro y en el sistema inmune. El consumo de CBD provoca que los receptores cannabinoides se activen y se enlacen en la superficie de las células, dando lugar a un sistema endocannabinoide más activo y saludable.