La semana pasada, durante la Sesión de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas (ONU), se dictaminó aplazar hasta finales de año 2020 la votación para eliminar el cannabis de las listas I y IV , reservadas para las drogas más peligrosas y que requiere control estricto.

Cabe aclarar que la Comisión de Estupefacientes forma parte del Consejo Económico y Social de la ONU, órgano encargado de modificar, revisar y actualizar periódicamente la lista de las sustancias prohibidas, basándose en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud que, a su vez, está asesorada por el Comité de Expertos en Farmacodependencia.
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Aplazan votación
La votación histórica estaba prevista para realizarse esta semana y tenía por objetivo reducir las restricciones para la investigación científica y para el uso medicinal en diversas regiones del mundo.
De acuerdo con la agencia informativa EFE, la razón principal del aplazamiento obedece a aclarar las implicaciones y las consecuencias de dicha decisión, teniendo en cuenta su complejidad.
Cabe destacar que, desde la década de los sesenta, la investigación con cannabis enfrenta muchos retos y las limitaciones que prevalecen impiden el beneficio para millones de pacientes.
Esta situación dio como resultado un atraso científico muy significativo, que desde el campo legal es difícil de sortear sin el apoyo del organismo.
Cannabis la sustancia prohibida
Es importante precisar que esta discusión surgió a raíz de la recomendación que emitió la Organización Mundial de la Salud para eliminar al cannabis de la lista de sustancias prohibidas, avalada por la Comisión de Estupefacientes de la ONU.
Lo anterior fue bajo el argumento de que existen evidencias científicas que vinculan al cannabis con procesos curativos, como las virtudes del aceite de cannabidiol (CBD).
Respecto al CBD, la OMS se pronuncia a favor de su legalización, siempre y cuando los insumos que lo contengan demuestren tener menos del 0.2 % de THC, elemento psicoactivo del cannabis.
«Un menor control permitiría una mayor investigación científica sobre los posibles usos médicos. Al mismo tiempo, el nuevo nivel de control recomendado aseguraría restricciones suficientes para proteger de los daños del consumo», argumentó un portavoz de la OMS.