Plantar marihuana en interior es mucho más sencillo de lo que mucha gente piensa. En nuestro blog de Cannabislandia contamos con numerosas guías de cultivo que te guiarán en tu aventura y/o solucionarán cualquier tipo de eventualidad que se te presente. Pero en nuestro post de hoy te lo queremos poner todavía más fácil.
En esta pequeña guía que comprende los fundamentos básicos te lo demostramos. Cuando alguien comienza a cultivar, lo que menos pretende es experimentar. Para eso siempre habrá tiempo y siempre se lograrán mejores resultados cuando se cuenta con un poco de experiencia.
CONOCE LA PLANTA
La marihuana es una planta fotoperíodica de días corto. Es decir, florece cuando la duración de la noche es mayor que la del día. En exterior esto sucede de forma natural a mitad del verano. Pero en interior podremos inducir la floración simplemente con un temporizador que regule la cantidad de horas de oscuridad ininterrumpida que reciben las plantas. Con 12 horas de luz las plantas crecen, y con menos de 12 horas de luz las plantas florecen.
Pero, por otro lado, una planta nacida de semilla no florecerá hasta que haya alcanzado la edad sexual adulta. Y esto será así independientemente de la cantidad de horas de oscuridad que reciba. Hasta aproximadamente las 4-5 semanas y por mucho queramos, las plantas no florecerán. No sucede lo mismo con los esquejes, ya que cuentan con la misma edad sexual que su madre. Y será de mínimo varios meses o incluso años.
A mayor cantidad de horas de luz, más crecerán las plantas. Por eso lo más común es usar un fotoperíodo de 18 horas de luz y 6 horas de oscuridad en crecimiento (incluso 20/4). Y como también a mayor cantidad de horas de luz, mejor será la floración, 12 horas de oscuridad y 12 horas de luz es lo más común. Si aportásemos más de 12 horas de luz, se correría el riesgo de que las plantas no entren en floración.
LA LUZ PARA PLANTAR MARIHUANA EN INTERIOR
La iluminación es el pilar básico de todo cultivo interior. Sin un buen espectro luminoso, estaremos pagando una factura eléctrica elevada sin obtener nada a cambio. En todo cultivo se puede buscar ahorrar de cualquier manera. Por ejemplo, reduciendo las horas de luz más comunes para crecimiento y floración. O apostando por semillas a granel. Usando abonos baratos. O armarios de cultivo baratos… Pero nunca se debe buscar un ahorro en iluminación.
Las luces para plantar marihuana en interior disponibles hoy en día son las de vapor de sodio (hps), halogenuros metálicos (HM), fluorescentes, luces LED y LEC. Las dos primeras son las más comunes. Los halogenuros metálicos son aptos sólo para crecimiento, y el vapor de sodio para floración o crecimiento/floración si son de espectro mixto. Los fluorescentes son buena opción para fases de crecimiento o pequeños espacios de cultivo. Y los LED y LEC son ahora mismo las mejores opciones tanto en consumo, como en el rendimiento final.
En cuanto a la potencia ideal para cada armario de cultivo te recomendamos que nos consultes. Son varios los aspectos que pueden hacer que te decantes por una u otra, todos los sistemas de iluminación tienen sus pros y sus contras que conviene saber. Aunque siempre tienes la posibilidad de adquirir alguno de nuestros kits de cultivo que incluye armario de diferentes medidas, y la iluminación y ventilación apropiadas para su tamaño.
LA VENTILACIÓN PARA PLANTAR MARIHUANA EN INTERIOR
Si la luz es lo más importante para plantar marihuana en interior, que las plantas dispongan de un buen suministro de CO2 es imprescindible. Se podría prescindir de ventilación a cambio de un generador de CO2. Pero ya entraríamos en aspectos complicados para un primer cultivo. Los más sencillo, es contar con un extractor de aire, un ventilador interior, y un intractor dependiendo del tamaño del armario. En ocasiones puede ser suficiente el aire que entra por cremalleras o ventanas del armario en lo que se conoce como intracción pasiva.
Las plantas de marihuana consumen gran cantidad de CO2, y en un espacio limitado como un armario o habitación, lo llegan a consumir rápidamente. Es por ello que un extractor se asegurará que cada determinado tiempo todo el aire interior se renueve por aire fresco cargado de CO2. Además, los equipos de iluminación desprenden calor que hará que la temperatura del interior suba y se necesite refrescarlo.
Un ventilador interior simplemente moverá el aire. Así se evitan sobrecalentamientos en las puntas de las plantas generacas por la cercanía de la iluminación. E incluso condensaciones en hojas y paredes del armario. Además, las plantas fortalecerán sus tallos y crecerán más sanas. Y también no menos importante, se evitará en gran medida la aparición de hongos como la botrytis, el oídio o el damping off.
EL CULTIVO
Ya, por último, entramos en el cultivo. Lo primero, las macetas. Un cálculo rápido sería 80-100 litros de sustrato por cada m2 de cultivo. Las opciones en cuanto a macetas son varias, siendo posiblemente la mejor opción 8-9 macetas de 9-10 litros en un cultivo tradicional partiendo desde semilla. Y como no, siempre se debe usar un sustrato de calidad y garantías. El uso de un sustrato barato y de dudosa procedencia puede hacer que las semillas o plántulas mueran. Al final el ahorro que se pretende se convertirá en gasto.
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Tarde o temprano, las plantas necesitarán abonos. Un sustrato enriquecido sólo garantizará nutrientes para un tiempo limitado. Y en cada trasplante que se haga, este tiempo aumentará. Pero las plantas agotan rápidamente estos nutrientes y será necesario usar fertilizantes. Orgánicos o minerales, lo básico serían un abono de crecimiento, otro abono de floración y un potenciador de floración. Todo lo que usemos a mayores como estimuladores, enzimas o limpiadores, servirá para que los rendimientos y calidad de la cosecha sea mayor.
En un cultivo tradicional, lo ideal es tener un período de crecimiento de 4 semanas y después cambiar el fotoperíodo a floración. Pero plantas marihuana en interior es algo más complejo que eso ya que cada variedad es un mundo. Realmente es complicado saber qué altura es la perfecta antes del cambio de ciclo. Unas variedades estiran más que otras durante las primeras semanas. En general las índicas e híbridos con dominancia índica son más sencillas que las sativas e híbridos sativas.
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