La percepción estadounidense sobre la marihuana ha cambiado increíblemente rápido en los últimos años. Hace 30 años, la legalización parecía algo muy lejano; más tarde, en 1988, 24 por ciento de los estadounidenses ya apoyaban esta moción. Posteriormente, en 2018, 66 por ciento de la población ya simpatizaba con la hierba.
Durante este lapso y hasta el día de hoy, la legalización de la marihuana se ha transformado de una fantasía idealista en una causa principal, modificando muchas leyes estatales. Durante el último cuarto de siglo, 11 estados han legalizado la marihuana recreativa, mientras que 22 han regulado el cannabis medicinal.
Este proceso hace que nos cuestionemos cómo es que la opinión pública ha cambiado dramáticamente a favor de la legalización. Sorprendentemente, los resultados revelaron que el cambio de percepción respecto a la hierba no se trata de consumo, geografía o demografía.
Por supuesto, el consumo de marihuana ha aumentado. Los datos de la Encuesta nacional sobre el uso de drogas y salud indican que, en 2002, alrededor de 10 por ciento de los adultos informaron haber consumido marihuana el año anterior. Para 2015, 13.5 por ciento reportó haber consumido la hierba. No obstante, tal aumento es demasiado pequeño como para haber generado un fuerte impacto en las actitudes.
Por otro lado, tampoco se trata de que los estadounidenses mayores, más conservadores, sean reemplazados por generaciones más jóvenes que estén familiarizadas con la marihuana, ya que ambos grupos están desarrollando puntos de vista más liberales sobre la legalización del cannabis a un ritmo similar en los últimos 30 años.
De hecho, los cambios en las actitudes sobre la legalización de la marihuana reflejan un aumento reciente también en el apoyo a las personas LGBTQ. Incluso miembros de esta comunidad que han incursionado en la industria de la marihuana, han ganado progresivamente aceptación en este gremio.