Los remedios caseros con infusiones de cannabis están haciéndose populares por su efectividad y facilidad de uso. La combinación de la miel con marihuana especialmente preparada produce una infusión dulce y potente.
Preparación
Si quieres comer tu marihuana, o los productos que elaboras con ella, tendrás que tratar las hierbas con un proceso llamado descarboxilación. Sin ponernos demasiado técnicos, el proceso de descarboxilación consiste en convertir el THCA no psicoactivo en su equivalente psicoactivo, el THC. No es tan complicado como parece. Lo único que se necesita es un poco de calor. Para conseguir esto, necesitas cocinar ligeramente tu maría. Siempre recomendamos una bandeja de cristal, pero una metálica también serviría.
1. Enciende el horno a 120ºC. Debes precalentarlo hasta que alcance la temperatura deseada.
2. Extiende la hierba uniformemente en la bandeja. Dependiendo de la potencia que busques en tu destilado, usa al menos unos 30 gramos. Por supuesto, debes usar cogollo en polvo o bien picado.
3. Cubre la bandeja con papel de aluminio.
4. Colócala en el horno durante media hora.
No era tan difícil, ¿verdad? Hasta tú puedes ser un químico cannábico en tu propia cocina sin tener que pasar por la universidad. Dado que vas a usar esta marihuana recién descarboxilada para tu infusión, no tienes que preocuparte de almacenarla. Si decides dejar algo para otro momento, utiliza siempre un frasco de vidrio hermético. Ahora que tienes tu hierba lista, pasemos a la preparación del destilado.
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