El aceite de CBD y el aceite de cáñamo, líquidos derivados de la famosa Diosa Verde han causado una fuerte impresión en el mercado industrial cannabico en los últimos años.
Ambos productos derivados de la planta de cannabis ofrecen ventajas para la salud de varias maneras; pero, antes de entrar en materia, aclaremos algunas cosas. A pesar de compartir ciertas similitudes, y contrariamente a la creencia popular, el aceite de cáñamo y aceite de CBD no son lo mismo.
El cáñamo es una planta increíblemente versátil.
Además de haberse usado durante siglos para hacer cuerdas y tejidos, también se utiliza para hacer papel, bioplásticos, materiales de aislamiento e incluso biocombustibles.
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Por otro lado, los diferentes métodos de extracción y elaboración permiten obtener dos tipos de aceite distintos de la planta: aceite de cáñamo y aceite de CBD. Vamos a explicar ambos tipos de aceite y esperamos aclarar cualquier duda que tengas sobre estos productos.
Para quienes no lo conozcan, el CBD (cannabidiol) es uno de los principales compuestos de las flores de cáñamo, aunque también está presente en menor proporción en otras partes de la planta. Para poder aprovechar todas las ventajas que ofrece este compuesto (que comentaremos en breve), las plantas de cáñamo se procesan para obtener un extracto de CBD concentrado. Luego, este extracto puede usarse para hacer aceite de CBD.
Ahora que sabes qué es el aceite de CBD, probablemente sientas curiosidad por saber en qué se diferencia el aceite de cáñamo. Para empezar, el aceite de cáñamo se extrae a partir de las semillas, en lugar de extraerse de las flores u otras partes de la planta. Las semillas de cáñamo no contienen CBD; por lo tanto, el aceite obtenido de estas semillas tampoco contiene CBD de forma natural.