Hola, de nuevo estoy por acá para contarte una nueva historia de Ganyeros Citadinos, en esta oportunidad, estaré comentando sobre la historia de mi amigo a quien identificaré como 4. Él es músico y ya sabes quizás como es la relación de la marihuana y la música, sobre todo la conexión especial y bien arraigada del cannabis con el reggae. Entonces ya habrás descubierto que 4 es músico del género reggae.
Me contó, hace algún tiempo ya, que en una oportunidad que estuvo tocando junto a la banda en un pequeño concierto en una plaza de la ciudad, le ocurrió lo siguiente; mientras estaba tocando su guitarra, dejo de observar al público y aunque tenía los ojos abiertos todo se le había ennegrecido. En la medida que iba avanzando la rola que tocaba, tuvo que ir dejando la guitarra a un lado y utilizar su memoria para llegar a una silla y sentarse para respirar y tomar agua, mientras la traba iba pasando.
El resto de la banda, siguió tocando, dando un espacio de tiempo para que 4 lograse levantarse del asiento y retomara la guitarra, además del micrófono para continuar cantando. Vale decirte que todos los integrantes de la banda estaban volando también por lo que de manera conectada musicalmente con el cannabis pudieron avanzar sin problemas, aunque este percance los desviara un poco de su cometido en tarima.
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Al final 4, supero la volada y de manera estratégica se fue levantando de la silla tomó su guitarra y el micrófono de vocal, continuando así el show. Luego de esta situación, mi amigo decidió escribir una canción llamada Down, para reflejar su experiencia de volada excesiva en plena tarima y frente al público presente en su concierto. Como veras, en el contexto de la conexión cannabis-reggae, aparecen algunas notas perturbadoras, que solo viabilizando las buenas energías pueden superarse. Cierro con esta frase de Zona Ganjah: Alguien con tantas ganas de soñar, necesita alguien que sepa volar.