La enfermedad está directamente relacionada con la obesidad y ambos padecimientos se ven impactados por los dos receptores de cannabinoides que tenemos en el cerebro y que, en contacto con la marihuana, “mantienen un equilibrio en el metabolismo de la glucosa”.
“Se ha demostrado que los cannabinoides en nuestro organismo previenen o mejoran la diabetes y la prediabetes”, afirmó el doctor, lamentándose de que la bajísima cantidad de estudios al respecto mantienen “en la incertidumbre”.
A priori, la estimulación del receptor CBQ1 y en menor medida del CB2 por el Delta9 THC, componente psicoactivo del cannabis, así como cannabinoides endógenos, “incrementa nuestro apetito, promoviendo la adipogénesis”, es decir la generación de grasa en el organismo.
“Esto aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares previamente a la formación de la diabetes de tipo 2”, explicó el doctor en una conferencia de prensa en la feria de la cannabis en América Expoweed 2017, que se realizó del 18 al 20 de agosto en Ciudad de México.
La diabetes tipo 2 es aquella que se origina multifactorialmente, distinta de la de tipo 1, originada por motivos exclusivamente genéticos.
Sabiendo esto, lo lógico era pensar que si la marihuana abría el apetito “la persona que va a consumir THC fumado va a comer más”.
Te recomendamos: La marihuana puede tratar la intolerancia a la histamina
Sin embargo, una menor prevalencia de obesidad se relacionó con una mayor frecuencia en el consumo de cannabis, según el estudio de The Third National Health and Nutrition Examination Survey, de Estados Unidos, citado por el médico.
Además, el Delta9 THC “está asociado al bajo índice de masa corporal”, evitando la obesidad debido al aceleramiento metabólico.
“No solamente el consumo de THC reduce el peso”, sino que el cambio en el metabolismo que provoca la sustancia predispone a la persona a un cambio de hábitos de vida, “y la diabetes es una enfermedad muy relacionada con el estilo de vida”, precisó Restrepo.