Incluso después de este tiempo en el que el cannabis se ha convertido en un tema más abierto y aceptado, sigue siendo un tema emocional fuerte para ciertos médicos, científicos, formuladores de políticas, investigadores y el público. Algunos todavía se preguntan si es seguro usarlo como medicamento. Algunos todavía se preguntan si debería ser legalizado o si es realmente tan efectivo como se afirma. Preguntan si realmente es la maravilla que las personas creen que es la droga o si es solo una buena manera de despenalizarla. 
La investigación muestra que el cannabis es un poderoso remedio profiláctico para ayudar en la prevención de muchas enfermedades y dolencias. Algunas de las razones más populares para usar cannabis como remedio preventivo son las siguientes:
Prevención contra el cáncer: en un estudio realizado en 2012 en animales, los investigadores descubrieron que el CBD reduce el riesgo de desarrollar cáncer de colon cuando se expone a carcinógenos. Otro estudio realizado en 2013 encontró que las tasas de cáncer de vejiga en pacientes masculinos eran un 45% más baja cuando consumían cannabis. El CBD también es el único agente externo que regula las células Id-1 en las células de cáncer de mama y detiene su metástasis. Otros estudios también muestran que el THC previene el crecimiento de tumores y puede conducir a la reducción de tumores e incluso a la muerte de células cancerosas.
El CBD reduce el riesgo de diabetes y obesidad: los consumidores de cannabis tienen un menor riesgo de obesidad. El cannabis es un estimulante del apetito, pero también aumenta el metabolismo. La hormona, la grelina, que te permite sentir hambre, también acelera el metabolismo después de consumir cannabis. Los consumidores de cannabis también tienen un índice de masa corporal más bajo y una circunferencia de cintura más pequeña que los no consumidores. El CBD previene la obesidad al promover la conversión de la grasa blanca en una grasa marrón para bajar de peso. El CBD también regula la producción de insulina.
El cannabis como medicina preventiva para la enfermedad cardíaca: una enfermedad muy común que muchos padecen es la arteriosclerosis. Es un trastorno inflamatorio crónico debido a la acumulación de depósitos de grasa en los principales vasos sanguíneos. La presión arterial alta, la infección o la acumulación de aminoácidos causan lesiones en los vasos sanguíneos y conducen a este trastorno. El cannabis estimula el receptor CB2 donde, junto con la anandamida, la inflamación disminuye. El cannabis también ayuda a disminuir la presión arterial y a reducir el estrés.
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El cannabis protege al cerebro de lesiones y degeneración: tanto el THC como el CBD actúan como neuroprotectores porque reducen la toxicidad del glutamato. El cannabis contrarresta la sobreestimulación del glutamato que podría provocar inflamación del cerebro. La marihuana también previene enfermedades degenerativas al estimular la neurogénesis. El cannabis demuestra ser neuroprotector cuando una persona sufre un derrame cerebral. El CBD es un potente antiinflamatorio.
El cannabis protege contra las enfermedades óseas: a medida que una persona envejece, la densidad ósea disminuye. El CBD inhibe la degeneración de los huesos al detener la enzima que destruye los compuestos de construcción ósea en el cuerpo.
Es mejor prevenir que curar. Es bastante obvio que los cannabinoides en el cannabis funcionan muy bien junto con nuestro sistema endocannabinoide. Con esto en mente, el cannabis debería encontrar un lugar en la caja de la medicina preventiva.
