Nuestras vidas están inundadas de ruido, desde bandejas de entrada que rebosan al parecer, hasta aplicaciones de redes sociales que nos han dejado sintiéndonos más solos que nunca y estímulos incesantes de casi todo tipo. Es por eso que tener una práctica de meditación firmemente establecida es una de las cosas más saludables que puede hacer por su mente, cuerpo y alma. Cuando agrega una cepa de cannabis relajante a la mezcla, la sinergia que crea cosecha muchos beneficios adicionales.
La marihuana puede ayudar a controlar nuestra mente para que no se desvíe y mantenernos enfocados en nuestra técnica de respiración, que es fundamental para la meditación. La incorporación de cannabis en nuestra práctica de meditación también ayuda a reducir el estrés para que podamos caer más fácilmente en el estado de trance al que aspiran muchos practicantes. Algunas microdosis para meditar, otras ingieren un poco más, pero no se necesita demasiado cannabis para mejorar la experiencia.
Las mañanas son el momento ideal para meditar, cuando nuestras mentes aún no están aceleradas y abarrotadas con pensamientos de marcar nuestra lista mental de “cosas por hacer”. Además de hidratarse, es importante que lo haga hasta que sienta los efectos calmantes y estimulantes. Quieres meditar, no volver a la cama. Siéntese todo el tiempo que pueda y luego comience el día con la mente y el corazón claros.
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A veces, una determinada variedad o espacio en la cabeza puede convertir fumar marihuana en un festival de paranoia. Ahora ESE es el momento de meditar, ya sea que se sienta capaz de quedarse quieto o no. No hay una forma correcta de meditar, así que acerca una silla, un zafu, siéntate con las piernas cruzadas en tu jardín trasero o incluso usa un banco de meditación especializado. Lo que te haga sentir más cómodo y te ayude a practicar la atención plena es la respuesta correcta.
Un efecto secundario maravilloso de meditar con cannabis es que la felicidad que encuentras durante tu viaje puede durar todo el día. Tenga en cuenta que esto no es una tarea, sino una herramienta para el bienestar integral. No hay razón para sentirse abrumado, incluso si estás entrando en la meditación con ansiedad y un cerebro ocupado.
Tampoco hay un período de tiempo escrito en piedra para que medites. Muchos sugieren comenzar una práctica con cinco a 10 minutos por día y luego avanzar hasta una serie más larga. Sin embargo, la verdad es que trabajar de 15 a 20 minutos al día marcará una gran diferencia en tu vida, especialmente con la mejora del cannabis y sus propiedades curativas.