Un estudio de investigación realizado recientemente por la Universidad del Estado de Washington , podría proporcionar a entes gubernamentales nuevas herramientas para abordar una gran cantidad de preocupaciones a medida que el uso de la marihuana no médica.
“El método para caracterizar el cannabis en la actualidad es inadecuado”, destaca el profesor del Instituto de Química Biológica de la WSU, Mark Lange. “Los reguladores solo se enfocan en los niveles del compuesto psicoactivo de la planta, el tetrahidrocannabinol (THC)- es solo un puñado de entre los más de 90 cannabinoides que se pueden encontrar en el cannabis.
“Metodo Lange”
La sociedad puede empezar a resolver la variedad de negatividades que han estado surgiendo debido al consumo de cannabis ya sea en su uso recreativo o medicinal, ya que el consumo de la planta, en el caso de los Estados Unidos, es legal en 11 estados; mientras que el cáñamo es legal en todo el país.
Lange afirma que su metodo se puede usar para trazar claramente una línea entre el cannabis psicoactivo y el cáñamo, que por ley debe tener menos de 0,3% de contenido en THC. También podría ayudar a identificar el origen del fuerte olor que de las de las llamadas “granjas de macetas”, abriendo la puerta a una forma de criar plantas a gran escala evitando las quejas.
Esta investigación también podría probar las afirmaciones sobre los efectos positivos para la salud del cannabidiol, conocido por la abreviatura CDB, un mecanismo por el cual los compuestos presentes en el cannabis que en gran medida no son psicoactivos por sí mismos modulan los efectos psicoactivos generales de la planta.
“Una de las cosas que deben suceder en el mercado emergente es que la gente tiene que saber lo que está vendiendo y lo que está comprando”, explica Lange. “No se puede simplemente ponerle un nombre a algo y decir que es bueno. Necesitamos tener muy claro el perfil de cannabinoides y terpenoides asociados con cada planta. Si dos tienen un nombre diferente, deberían tener perfiles diferentes”. agregó.