Serenity Christensen, de 14 años, todavía es demasiado joven para poder entrar a una de las muchas tiendas de marihuana de Colorado, pero ya supo aprovechar una oportunidad de negocio en la marihuana legal.
Ella es exploradora de las Girl Scouts, que suele vender galletas para recaudar fondos. Este año, Christensen, junto con su madre, decidió vender desde afuera de un dispensario. “Se logra un buen negocio”, dijo la joven.
Mientras, al otro lado de Denver, la legalización ha causado descontento para otro adolescente: el estudiante David Perez está en contra de los cultivos de marihuana en almacenes que ahora rodean su vecindario. Perez se queja de que el aroma a marihuana es lo primero que huele cada vez que sale de su casa.
Efectos tras la legalización
Estos son los efectos dispares de cinco años de legalización. El primer experimento de este tipo en Estados Unidos, realizado en Colorado, ha reconfigurado la salud, la política, la cultura rural y la justicia penal de maneras sorprendentes que con frecuencia desafían tanto las peores advertencias de los críticos como la retórica de la industria de la marihuana. Lo sucedido aquí da una idea de lo que depara el futuro ahora que cada vez más partes de Estados Unidos y otros países adoptan y debaten la legalización plena.
Desde que comenzó la venta recreativa de la marihuana, en 2014, más gente ha ido a parar a las salas de urgencia del estado debido a problemas vinculados con el consumo; los hospitales reportan indices más elevados de casos de salud mental relacionados con este producto. Al mismo tiempo, miles de personas pasan sin incidente alguno por los dispensarios todos los días, como una joven que hace de guía de senderismo en el pueblo universitario de Boulder y guarda unas cuantas gomitas de marihuana en una bolsa bajo llave para relajarse antes de dormir.
Algunas familias inquietas ante los problemas con el consumo de marihuana de sus hijos se han mudado, en busca de refugio en estados menos permisivos. Pero, en general, las encuestas estatales no muestran un aumento en el número de jóvenes que fuman marihuana.
Los delitos menores relacionados con la marihuana han disminuido considerablemente, aunque la división racial en los arrestos por drogas persiste. Las cifras del estado muestran que las personas negras en Colorado continúan siendo detenidas por delitos relacionados con la marihuana a una tasa que casi duplica la de los blancos.
“No se ve por las calles a gente que ha quedado desquiciada por el consumo de marihuana, pero tampoco hemos creado una utopía”, dijo Jonathan Singer, quien fue uno de los dos únicos legisladores estatales que respaldó la votación en Colorado que legalizó que los adultos mayores de 21 años puedan comprar, consumir y cultivar marihuana para uso recreativo.
Singer volteó hacia su hija de 3 años, quien estaba sentada en el asiento trasero del auto camino a un día de campo hace poco. “El hecho de que esté dispuesto a tener esta conversación frente a mi hija”, dijo, “demuestra lo mucho que hemos avanzado para eliminar el estigma de este tema”.
Otra imagen
Así es el mundo reconfigurado por la legalización, en el cual han crecido jóvenes como Ethan Pierson, de 18 años. Él nació el mismo año en el que la primera ley sobre el uso de la marihuana con fines médicos entró en vigor en Colorado; ha sido testigo del aumento de los dispensarios en las calles comerciales por las que se traslada rumbo a su colegio en Lakewood, un vecindario suburbano.
“Si vives en Colorado, se siente como si alguien estuviera fumando al lado de ti todo el tiempo”, dijo Pierson, quien no consume el producto.
Ethan Pierson es uno de los estadounidenses que solo conoce la marihuana en modalidad legal: nació el mismo año en que entró en vigencia la despenalización para fines medicinales en Colorado. Credit Benjamin Rasmussen para The New York Times
Médicos, educadores y funcionarios estatales han estado especialmente preocupados por los efectos de la legalización en la juventud de Colorado. ¿La proliferación de las tiendas de cannabis recreativa haría que la marihuana pareciera inofensiva a los adolescentes, a pesar de los estudios que demuestran que es nociva para las mentes en desarrollo? ¿Se dispararía el consumo de porros entre los adolescentes? ¿Cómo afectaría los índices de graduación y la disciplina escolar?
Cinco años de encuestas demuestran que la mayoría de los adolescentes de Colorado son como Pierson: han probado la marihuana, pero el 80 por ciento no la consume en la actualidad. Las encuestas estatales muestran que el consumo entre los adolescentes ha disminuido considerablemente desde que las ventas de marihuana medicinal se dispararon en 2009, y básicamente se ha mantenido estable desde la legalización completa.
Aun así, Pierson y otros estudiantes y padres afirman que la legalización cambió la imagen y la disponibilidad de la marihuana.
Los hermanos mayores o incluso los padres de sus compañeros ahora pueden comprarla y compartirla. Otros estudiantes se toman videos de Snapchat en los que salen fumando cerca de la escuela. Ahora hay toda una colección de concentrados, tinturas y consumibles, que siguen siendo ilegales para los jóvenes, pero que son fáciles de conseguir.
“Es fácil de ocultar”, afirmó Pierson. “La llevan en la bolsa o en el estuche para lápices”.
Casos jurídicos
Algunos administradores escolares dicen que están observando un consumo cada vez mayor de marihuana y una disminución en el consumo de alcohol entre estudiantes. Las cifras disciplinarias de las escuelas muestran que la marihuana es la principal razón por la cual los estudiantes son castigados o llevados ante la policía.
No obstante, el número total de estudiantes expulsados por infracciones relacionadas con las drogas de hecho ha disminuido desde la legalización, en parte debido a que los legisladores de Colorado buscaron deshacerse de las políticas de “tolerancia cero” en las escuelas casi al mismo tiempo que la yerba fue legalizada.