En el contexto del abordaje necesario sobre el tema del cannabis, lamentablemente en Venezuela es poco o nulo el ímpetu para generar los debates necesarios correspondientes a este tema. La marihuana, siempre se nombra en susurro o en son despectivo, lo cual no permite abrir espacios con seriedad para conversar sobre ella. Es de entender que las prohibiciones, propician tabúes en muchos casos incompresibles; además dichas prohibiciones lo que han hecho es catapultar el mercado ilegal e ilegítimo de las drogas, en el que la marihuana, se encuentra tachada entre las primeras de la lista negra.
Uno de los argumentos que ponen peso de inviabilización para la conversa sobre el cannabis en este país, es la carga conservadora que se expresa en la sociedad así mismo en sus diversos ámbitos: educativo, cultural, político, económico. Vale decir que lo educativo y cultural son ejes que transversalizan acciones políticas y económicas, Hay que saber por ejemplo como la gran industria en el marco de las prohibiciones; se aprovecha de la situación, para ir consolidando el cannabis como simple mercancía, haciéndole perder toda su carga filosófica y de vida.
Por ejemplo sobre la gran industria del agro y procesamiento de la materia prima, se puede señalar que se está desarrollando cada vez más en Estados Unidos y países catalogados como industrializados, con el fin de trangenisar con mejores resultados las semillas de cannabis, sacar fuera de contexto, lo referido a la siembra orgánica para su aprovechamiento medicinal, alimenticio y recreativo. La intención sin duda, es hacer de las semillas y plantas de marihuanas un producto altamente cotizado, que ninguno de los que pertenecemos a la comunidad cannabica y la población en general pueda usarla, sin pasar por la gran industria.
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Se hace necesario entonces, que nuestros ímpetus vayan saliendo a la luz pública y comencemos a educar y a educarnos sobre el tema del cannabis para procurar una defensa real de la planta, generando así la visión de que este tema nos pertenece para el debate, para propiciar conocimiento y acción de parte de quienes se encargan de redactar leyes y normativas. Generar la voluntad política es urgente.
