El departamento entra al mercado con la firma Plantmedco, que exportará aceite a Europa y Canadá.
A diario Yusdeily Isaza saluda a sus consentidas, unas 300 plantas de cannabis que están cultivadas en una finca de la vereda Corozal, a solo 10 minutos del casco urbano del municipio de Córdoba, en Quindío. Sus niñas como ella les llama de cariño “también sienten, yo las trato así y me ha funcionado para que estén más lindas. Yo les digo a mis trabajadores que las saluden también porque ellas sienten”.
Es casi un ritual para
esta joven tecnóloga en administración de empresas agropecuarias que
nunca había manipulado este tipo de cultivos. Su experiencia se había
dado en plantaciones frutales como la piña. “Con estas plantas se
requiere mucho cuidado, no se puede comparar una fruta con una flor (la
flor de cannabis) pero las plagas y las enfermedades atacan todo tipo de
cultivos y hay que estar monitoreando, y más en este proyecto que se
inició hace unos meses”, dijo la joven de 21 años que hace parte del equipo de trabajo de Plantas Medicinales de Colombia (Plantmedco).
La
compañía se instaló hace un tiempo en el departamento, ya que luego de
un análisis por parte de agrónomos que recorrieron diferentes zonas del
país, encontraron que el Quindío contaba con la luminosidad necesaria
para el cultivo, la calidad de la tierra, la seguridad y las vías de
acceso y el recurso humano, según lo relató a este medio, Iván Arias
Aranzázu, presidente de Plantmedco.
Este año esperan llegar a
tener siete hectáreas sembradas con cannabis medicinal, el próximo año
unas 20 hectáreas y luego 400 o 500 en seis años. “Nos vamos a
arraigar solo en el Quindío”, afirmó Arias, quien además asegura que en
unos años esperan llegar a tener unos 2.000 empleados entre directos e
indirectos.
Tienen socio capitalista
Para
lograr todas sus proyecciones ya cuentan con el apoyo de la compañía
canadiense dedicada a la producción de aceites y extractos de cannabis
medicinal, Verabys, que decidió invertir 13 millones de dólares para la
ampliación de toda la producción de Plantmedco.
“Verabys ha
visto el potencial de nuestro proyecto y ha decidido invertir este
dinero que se destinará, de manera paulatina, en ampliar nuestra
operación y en la compra de la bodega donde funcionará la planta de
procesamiento, nuestras oficinas y los laboratorios de investigación”,
contó Arias.
Tanto las oficinas como los laboratorios y la planta de procesamiento están ubicadas a las afueras de Armenia.
Con este proyecto, el Quindío ingresó a competir en este mercado internacional del cannabis medicinal, que
por sus usos médicos en enfermedades como el cáncer, trastornos
mentales, dolor crónico, entre otras, llegaría a mover unos 146 mil
millones de dólares para el 2025, según un informe de Grand View
Research.
Actualmente, en el país se tramitan unas 700
licencias para empresas productoras de cannabis medicinal. Al menos 36
empresas ya que cuentan con licencias (entre ellas Plantmedco), y de
estas entre 8 y 12 ya estarían en funcionamiento, de acuerdo a los datos
del presidente de Plantas Medicinales de Colombia.
“Una vez
otorgadas las licencias por parte de los Ministerios de Justicia y de
Salud, empezamos a sacar los cupos de caracterización, los cuales nos
permiten tener plantas madre y producción de semillas, luego el ICA nos
exigió unas pruebas de evaluación agronómica de las variedades que
tenemos registradas, en nuestro caso tenemos 20, luego de esas pruebas
pedimos el cupo para sembrar. Creemos en dos meses empezamos a
sembrar para la producción. En este momento la mayoría de empresas están
en el proceso de caracterización”, explicó Arias.
Según los
cálculos revelados por Arias, en una hectárea se pueden producir 10 mil
plantas de cannabis medicinal, que a su vez producen una tonelada de
aceite (que se extrae de la flor del cannabis). “Después de la cosecha
nosotros llevamos el moño o la flor y se hace el proceso de extracción
en la planta, por cada 10 de estas plantas se logra un litro de aceite.
Nosotros le estamos apostando a un aceite limpio libre de trazas, ese es
nuestro diferenciador en el mercado”.
En el mercado internacional una caneca de aceite (de 55 galones) puede costar hasta un millón de dólares.
El costo de este aceite se ha elevado pues sirve para tratar
enfermedades, que en muchos casos no tienen cura y que presentan dolores
agudos como la fibromialgia, la artritis autoinmune y la esclerosis
múltiple. También es recomendado para la epilepsia, el autismo o el
Parkinson. Actualmente se realizan estudios sobre su efecto
anticancerígeno en tumores cerebrales, de páncreas y de piel.
Esta
planta tiene dos tipos o variedades; una es el tetrahidrocannabinol
(THC), componente psicoactivo del cannabis (alteración de la percepción y
modificación del estado de ánimo). Y la otra es el cannabidiol (CBD),
que no es psicoactivo. En los cultivos de Córdoba, se producirán
ambas variedades para fines medicinales y que luego serán
comercializadas (en aceite) en países como Reino Unido, Canadá y
Alemania.
Con la ‘bendición’ del Gobernador
Aunque
en el pasado el cultivo de cannabis fue estigmatizado, ahora cuenta con
el apoyo de autoridades en el departamento. El gobernador del Quindío,
sacerdote Carlos Eduardo Osorio, quien estuvo en el evento de
presentación oficial de la empresa en Córdoba, señaló que con esta
iniciativa se está trasformando algo que fue negativo para el país, en
una oportunidad de desarrollo para la región. “No se puede negar lo
que ha significado para el país el pasaje oscuro del narcotráfico, sin
embargo ha sido la capacidad transformadora del hombre, una oportunidad
inigualable de generar desarrollo, innovación a través del uso medicinal
de esta planta”.
Osorio agregó que el sector productivo
está llamado a generar empleo y desarrollo. “En este caso la empresa
tiene por obligación garantizar que el 10% de su producción esté a cargo
de pequeños productores. Este mecanismo invita a la asociatividad y a
la recuperación económica del campo”.
LAURA SEPÚLVEDA HINCAPIÉ
PARA EL TIEMPO
ARMENIA