Todos los fumadores de cannabis conocemos a la perfección un efecto clásico del “bajón” después de consumir: las ganas de comer se incrementan. No en vano el cannabis ha sido utilizado medicinalmente para aumentar el apetito en pacientes con sida. Un artículo, publicado en el diario digital uruguayo LaRed21, explica:
“El THC, el compuesto psicoactivo en el cannabis, está actualmente aprobado por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para tratar las náuseas que experimentan los pacientes sometidos a quimioterapia y para aumentar el apetito de quienes padecen sida”.
Asimismo, un estudio reciente, publicado el 14 de febrero en Social Science Research Network, afirma que la legalización del cannabis ha incrementado las ventas de comida chatarra. Específicamente, los “alimentos con alto contenido calórico aumentaron 3.1 por ciento en helados, 4.1 en galletas y 5.3 en frituras.
De acuerdo con estos datos, fumar marihuana lleva a la gente a consumir productos de comida chatarra con alto contenido de grasa y azúcar.
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Datos de compra
Recientemente, los especialistas, Michele Baggio, profesora asistente de Economía en la Universidad de Connecticut, en Mansfield, y Alberto Chong, profesor en la Universidad Estatal de Georgia, Atlanta, se dieron a la tarea de buscar patrones en la actividad de compra que pudieran revelar pistas sobre la existencia el fenómeno de los munchies.
Según los autores, explicando el porqué del proyecto, “es bastante importante entender no solo el impacto directo del consumo de cannabis, sino también cualquier efecto de desbordamiento del comportamiento no deseado”.
Para ser más precisos, los investigadores analizaron la influencia de las leyes de marihuana recreativa (LMR) en el consumo de alimentos, analizando los datos minoristas de entre 2006 y 2016, en más de 2 mil condados estadounidenses localizados en 48 estados contiguos. Los datos provinieron de supermercados, tiendas de conveniencia, farmacias y distribución masiva.
El uso de datos de ventas directas indica que los hallazgos del estudio son sólidos, pues las investigaciones anteriores se han basado en autoconsumos informados.
Los investigadores se centraron en la compra de helados, galletas y frituras en estados tanto donde el cannabis es legal, como en otros donde no lo es. Incluso consideraron el antes y después de que las legislaciones entraran en vigor.