A medida que más estados legalizan la marihuana para consumo recreativo o medicinal, cada vez más mujeres usan la droga en el embarazo o mientras están amamantando. Algunas incluso procuran obtenerla para los malestares matinales después de leer en el internet que pueden eliminar las náuseas. Pero, ¿es segura?
Ninguna cantidad de marihuana es segura para consumir durante el embarazo o la lactancia. La investigación es limitada, pero los estudios realizados ofrecen suficientes razones para preocuparse.
El informe clínico de la American Academy of Pediatrics (AAP) “Consumo de marihuana durante el embarazo y la lactancia: repercusiones en la etapa neonatal y en la infancia” (en inglés) recomienda a las mujeres que estén embarazadas o amamantando que eviten consumir marihuana.
El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (American College of Obstetricians and Gynecologists, ACOG) recomienda, además, que los obstetras y ginecólogos aconsejen a las mujeres no consumir cannabis mientras estén intentando quedar embarazadas, durante el embarazo y mientras estén amamantando.
Dado que el consumo de marihuana medicinal o recreativa es ahora legal en más de la mitad de los estados de EEUU, las estadísticas revelan que su uso está aumentando. Un estudio, publicado el año pasado en la revista médica JAMA, halló que la prevalencia del consumo de marihuana en una muestra de 279.457 mujeres embarazadas en California subió del 4,2% al 7,1% entre 2009 y 2016.
Efecto en el desarrollo cerebral
Se ha demostrado que el tetrahidrocannabinol (THC), el compuesto de la marihuana que es el principal responsable de su efecto psicoactivo, atraviesa la placenta e ingresa al cerebro del feto en desarrollo durante el embarazo. Una vez que ingresa en el sistema de un bebé, según el informe clínico de la AAP, puede interferir en el crecimiento normal de las células nerviosas que ocurre en el cerebro en desarrollo.
Marihuana prenatal
En algunos estudios, la exposición prenatal a la marihuana se ha vinculado con un aumento de temblores y del reflejo de sobresalto en los recién nacidos, y posiblemente, un mayor riesgo de trastornos por consumo de sustancias y enfermedad mental entre los adolescentes y adultos.
Otros estudios identifican posibles vínculos entre la exposición a la marihuana y el neurodesarrollo y funciones cognitivas tales como aptitudes para resolver problemas, memoria, percepción visual, conducta, atención, función ejecutiva y el control de impulsos.
La AAP está pidiendo investigaciones adicionales para que podamos entender mejor cómo la exposición prenatal a la marihuana afecta a los niños en cada etapa de sus vidas.
Marihuana más fuerte
Otra preocupación es que el crecimiento infantil y las diferencias de conducta posiblemente vinculadas con el uso de marihuana durante el embarazo se basan, en gran parte, en estudios realizados cuando la concentración de THC en la droga era mucho menor que lo que es hoy.
Hay muestras estudiadas con un nivel de THC más de cuatro veces superior que en la década de 1980. Ya sea que la marihuana se fume, o se exhale el vapor o se consuma en forma comestible o bebible, la cantidad de THC que llegue a un feto y a un recién nacido pueden ser muy superiores a la de antes.
En la lactancia
Un estudio publicado en la revista Pediatrics en septiembre de 2018 confirma conclusiones anteriores respecto a que el THC puede pasar a través de la leche materna. La AAP también recuerda que la capacidad de una madre para cuidar a un bebé puede resultar afectada si consume marihuana.
En un estudio con monos que recibían de manera regular THC, en la leche materna aparecía un 0’2% de mismo. Por tanto, el consumo diario de 50 mg de THC (por ejemplo, un gramo de marihuana con un contenido de THC del 5 %) provocaría la aparición de 0’1 mg de THC en la leche materna.
El consumo crónico de THC por parte de la madre conduce a una acumulación del mismo en la leche, pudiendo llegar a concentraciones más altas que en la sangre. En un estudio, la cantidad de THC en la leche era 8’4 veces mayor que en la sangre. Si tenemos en cuenta las cifras de concentraciones más altas, esto es, 10 ng/ml (nanogramos por mililitro) de THC en sangre y 100 ng/ml en la leche, daría como resultado la cantidad de 0’07 mg de THC por cada 700 ml de leche. 700 ml es lo que normalmente ingiere un bebé en cada toma.
¿Cómo llega a la leche materna?
El THC u otros componentes de la marihuana pueden llegar a la leche materna porque los vasos sanguíneos en el seno proporcionan acceso a las glándulas donde se produce la leche, explicó el doctor Robyn Horsager-Boehrer, profesor y jefe de obstetricia y ginecología en el Hospital Universitario Southwestern’s William P. Clements Jr. de la Universidad de Texas en Dallas.
Ese acceso permite que los químicos o medicamentos en la sangre se transfieran a la leche materna, dependiendo del “tamaño del compuesto, la concentración en el flujo sanguíneo materno y si el medicamento o producto químico está ligado a grasas y proteínas”, indicó Horsager-Boehrer. “El THC es muy soluble en grasas, y dado que la leche materna tiene un alto contenido de grasa, no es sorprendente ver estos resultados”, apuntó sobre el estudio.
Recomendación
Si está embarazada o amamantando, la opción más segura para su hijo es evitar la marihuana.
Su pediatra es una buena fuente de información sobre los posibles riesgos del consumo de marihuana en el desarrollo del feto, de los bebés y de los niños. Las conversaciones pueden ocurrir durante las discusiones sobre el consumo de alcohol, de otras drogas o de anticoncepción.
Solo porque la marihuana sea legal para consumo médico o recreativo en algunos lugares no significa que sea segura, en especial para los niños expuestos a la sustancia durante la gestación o la lactancia. Hay mucho que no sabemos sobre las formas en las que podría afectar a los niños.