Estudiar las conexiones entre la marihuana y la soledad y depresión puede ser algo que no se espera que los científicos investiguen. Pero eso es lo que se hizo en Irán y además, han publicado algunos resultados interesantes que vale la pena ver.
Los humanos somos animales sociales. La falta de conexión social puede afectarnos profundamente. Los patrones de sueño, la atención y el razonamiento se ven afectados por la soledad o los sentimientos de reclusión temporal. En el lado más extremo, el aislamiento es una completa o casi completa falta de conexión e interacción.
Durante décadas, los profesionales de la salud han reconocido que el aislamiento social puede conducir a una mayor incidencia de enfermedades y muertes. Estar separado de “la manada” tiene el potencial de alterar la química del cerebro, empeorar algunas enfermedades autoinmunes y aumentar la susceptibilidad a las convulsiones.
Estudios conocidos de aislamiento
Otros estudios han demostrado que el estrés del aislamiento social no solo conduce a síntomas como un comportamiento depresivo, sino que incluso altera los genes que afectan la neuroplasticidad o cómo el cerebro aprende y se adapta. Quienes abogan por el fin del aislamiento de los presos en el sistema de justicia penal nos recuerdan la combinación debilitante de estos efectos.
El estrés de aislamiento social (SIS) es una condición que los investigadores imponen a los animales de laboratorio. Los animales sociales, como los ratones en este caso, están separados de sus compañeros. Se les coloca en aislamiento el tiempo suficiente para exhibir síntomas de soledad tan severos que afectan su comportamiento observable y su capacidad para completar pruebas de tareas simples.
Resultados del estudio en Irán
En este estudio, el investigador activó químicamente los dos tipos principales de receptores de cannabinoides, CB1 y CB2. Estos receptores son responsables de ayudar a recibir fitocannabinoides innatos como los que se encuentran en la marihuana. Cuando se activaron los receptores, se redujeron los síntomas de depresión en los ratones. A la inversa, cuando los investigadores inhibieron químicamente los receptores, aumentaron los síntomas depresivos.
Los investigadores determinaron que “la activación de los receptores de cannabinoides (tipo 1 y 2) podría mitigar el comportamiento similar a la depresión inducido por SIS en un modelo de ratón”. Si bien los resultados de los ratones no siempre infieren la misma verdad para los humanos, el hecho de que compartimos la gran mayoría del ADN activo con ellos no pasa desapercibido para los científicos e inversores.
Teniendo en cuenta que varios medicamentos antidepresivos populares tienen efectos secundarios graves, incluidos pensamientos suicidas, la posible aplicación del cannabis podría ser muy prometedora.
El fumador de marihuana solitario era una figura popular en los anuncios antidrogas del pasado. Qué irónico si, para algunas personas, el consumo de cannabis algún día pudiera verse como una opción para combatir la “química del aislamiento”.
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