Los métodos de cultivo selectivo, realizados en Estados Unidos y Europa, así como sus derivados (cepas y semillas), son modelos copiados y productos muy apreciados en la capital de México, marcando una gran diferencia ante las producciones de menor calidad que los cárteles “comercializan”.

Érase una vez… la marihuana mexicana; cuyo estándar era nivel oro para los fumadores estadounidenses. Pero en el nuevo mundo de los mercados legales y la hierba gourmet, los aficionados buscan ahora buenos productos provenientes de Estados Unidos y Europa.
En lugar de la Acapulco golden, los fumadores mexicanos quieren variedades como Liberty haze y Moby Dick, ya sea que importen macetas boutique de alta potencia de Estados Unidos, o que crezcan localmente en jardines secretos que utilizan técnicas perfeccionadas en el extranjero.
Es un mercado pequeño, pero en crecimiento, y en un país donde el cannabis es ilegal; a diferencia de Colorado, Washington y otras ciudades estadounidenses, que legalizaron el uso recreativo, y otros donde la marihuana medicinal está disponible.
Un mensaje de texto traerá a un dealer en la Ciudad de México a la puerta del cliente con un menú de flores de alta gama para la venta al deslizar una tarjeta de crédito a través de un lector de teléfono inteligente. Incluso surgieron tiendas hidropónicas que suministran equipos a quienes desean cultivar cepas potentes en sofisticadas operaciones locales. Algunos incluso están estableciendo cooperativas de marihuana para compartir costos como grandes facturas de electricidad e intercambiar lo que cultivan entre sí.
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Antoine Robbe, propietario de Hydrocultivos, una de las tiendas, de 35 años y nacido en Francia, explica:
“Conozco arquitectos, ejecutivos, abogados… que fueron a Estados Unidos o Europa. Dicen: ‘Hombre, ¿por qué no tenemos esto en mi país?’”
Hasta ahora, los informes de marihuana cultivada en Estados Unidos que se abren paso hacia el sur, han sido sólo anecdóticos, pero suficientes para suscitar preocupación, según Alejandro Mohar, médico mexicano y miembro de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de la ONU.