La legalización del cannabis con fines recreativos en algunos estados de EEUU parece haber impulsado el consumo de ese narcótico, señala el informe anual de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD).
“El consumo de cannabis se expande rápidamente”, señala la ONUDD en el Informe Mundial sobre las Drogas 2019, publicado hoy Viena, donde apunta, aunque sin afirmarlo explícitamente, una vinculación entre el aumento del consumo y la liberalización de esa droga. Actualmente, nueve estados de EEUU y el Distrito de Columbia permiten el uso recreativo de la marihuana entre los adultos, mientras que 31 estados la autorizan para fines médicos.
“Si bien es demasiado pronto para evaluar el impacto final de la legislación que permite el uso no medicinal del cannabis en Canadá, Uruguay y algunos estados de Estados Unidos, algunas de las primeras tendencias son dignas de un estrecho seguimiento”, indica la ONU.
Los expertos de la ONUDD alertan sobre un cambio en la percepción de la marihuana entre la población, vista ahora como menos perjudicial para la salud, si no beneficiosa, y la creciente industria y comercialización del producto desde su legalización.
El informe afirma que la industria del cannabis es más propensa a seguir los dictados de su interés en generar beneficios que a orientarse en base a “consideraciones de salud pública”.
Con respecto a Estados Unidos, el documento llama la atención sobre la aparente contradicción de que el volumen de marihuana incautado ha bajado al tiempo que ha aumentado el consumo, algo que relaciona a un eventual cambio en la política de las autoridades, de forma que la lucha contra esa droga sería ahora menos prioritaria.
El informe señala también que en los Estados de EEUU donde se legalizó el cannabis sigue existiendo un mercado ilegal, cuando precisamente la regulación pretendía acabar con él.
Según los cálculos, un total de tres millones de personas mayores de doce años consumieron cannabis por primera vez en su vida en 2017, cifra que “es significativamente” mayor que la registrada un año antes, señalan los expertos de la ONU sin diferenciar qué porcentaje de esos “iniciados” tomaron la droga con fines médicos.
Al observar un período de diez años, entre 2007 y 2017, el aumento en el número de estadounidenses que consumió marihuana al menos una vez al año fue del 63 %, y mayor aún, del 130 %, el de las personas que usaron a diario la droga.
La comercialización y disponibilidad de numerosos productos de cannabis con un alto THC (tetrahidrocannabinol, el principal agente psicoactivo del cannabis) son mucho mayores hoy que hace un par de décadas, destaca el reporte.
Los expertos ponen el acento en el peligro para la salud de un alto THC, cuya potencia ha aumentado en los productos derivados del cannabis en los últimos años.
“El consumo regular de cannabis con un alto contenido de THC ha sido identificado como un factor de riesgo, pues puede dar lugar a trastornos psíquicos, tanto agudos como crónicos”, advierte la ONU.
En ese sentido, asegura que en EEUU se ha registrado un aumento del número de personas que busca tratamiento por el consumo de marihuana, aunque reconoce que los trastornos por consumo de cannabis se han mantenido bastante estables desde 2002.
Incluso, han disminuido entre los más jóvenes (entre doce y diecisete años), aunque en 2017 hubo un aumento entre los de dieciocho y veinticinco 18 a 25 años.
Por eso, la ONU insta a las autoridades a prevenir el consumo de esta droga a una edad temprana y a mejorar la comprensión de sus efectos, especialmente entre los jóvenes.
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