El Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF) de Santa Fe espera la habilitación de la Nación para importar 50 kilos de flores de marihuana desde el Uruguay a la provincia y así comenzar con la producción de cannabis medicinal, acontecimiento que pone a la vanguardia al territorio provincial en este tipo de producciones medicinales. El objetivo es desarrollar y ejecutar la producción en Santa Fe para luego industrializarla y proyectarla a nivel nacional e internacional.
“Estamos muy cerca de concretar otro sueño: el primero fue en convertirlo en ley provincial allá por diciembre de 2016 y ahora por comenzar con la producción en el laboratorio público. Es motivo de orgullo pero también de responsabilidad”, dijo el diputado socialista Joaquín Blanco, uno de los creadores del proyecto de ley.
Hasta el momento, unas 37 personas en la provincia reciben, a través del Instituto Autárquico Provincial de Obra Social (Iapos) , el “aceite importado para el tratamiento de epilepsia refractaria”.
La producción local, realizada por el LIF, no sólo era uno de los puntales de la ley para garantizar su menor costo, ya que el cannabis medicinal se compra con precio dólar, con un costo que supera los $10 mil. Uno de los compromisos de la ley es que “el Estado promoverá la investigación, el desarrollo de nuevas medicinas y buscará informar, concientizar y capacitar profesional y socialmente sobre el tema”.
“Estamos esperando con ansias las importaciones, la materia prima. Ya realizamos el pedido. Confiamos que van a autorizar la importación. Entendemos la demora por una cuestión que es un producto complejo, esto tiene que ser protocolizado que no se generalice”, explicó a Clarín Diego Bruno Director del LIF. La materia prima y los equipos especiales para la concentración de la sustancia Cannabidiol, serían los elementos primarios para la comenzar con la producción.
“La industria farmacéutica es un millonario negocio por eso el rol del Estado era importante no sólo producirlo con máxima calidad y bajando los costos, pero también como reservorio de información pública, estadística e información científica, pensando en clave de salud pública y no negocio farmacéutico”, agregó el diputado Blanco.
Los avances vienen a buen ritmo con los profesionales del laboratorio público más el apoyo de los equipos de la Universidad Nacional de Rosario.
Después de Chubut, la provincia de Santa Fe fue la segunda en obtener su propia ley provincial para el uso del aceite de cannabis como tratamiento en el sistema de salud público.
La hija de Laura Acosta, integrante de Macame (Madres de Cannabis Medicinal), padece epilepsia refractaria. Antes de probar el aceite de cannabis, su pequeña hija convulsionaba más de 100 veces por día. ” Desde que probamos con el cannabis medicinal, el cambio fue radical. No sólo no hizo más convulsiones sino que también a la familia nos cambió la vida. Que se produzca acá va a ser una ventaja enorme”, indicó quien fuera una de las impulsoras del proyecto.
“La Ley nacional, que fue posterior, tuvo un debate en torno al autocultivo y se orientaba a organismos nacionales como el Senasa, como el Inta para producir y experimentar. Eso en la práctica no está sucediendo. Entonces nosotros vimos una alternativa en el país vecino del Uruguay poder utilizarlo como proveedor de la materia prima”, remarcó Blanco.
Con los 50 kilos de flores de marihuana, el Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF) planea fabricar 2 mil frascos de 50 mililitros de aceite. “Santa Fe está preparada para ese desafío”, coinciden autoridades políticas y científicas.
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