Como siempre estoy investigando acerca del cannabis y sus distintos campos, en esta oportunidad vamos a conversar con enfoque de género acerca del cannabis, es decir, las líneas de este post están dirigidas al activismo feminista cannabico, dicho de otro modo, escribo sobre las mujeres activistas cannabicas. Además de investigar sobre la planta, soy una usuaria responsable y consciente de marihuana, por lo que me interesa estar informada y formada al respecto del tema del activismo femenino y cannabico.
Vale explicar la importancia que dicho tema reviste, pues, ser feminista y además usuaria de cannabis en más de una ocasión nos lleva a un contexto en el cual se nos cataloga por un lado de feminazi, por el otro de adicta, con toda la carga negativa que ello tiene, con respecto a las adicciones en el marco de una sociedad profundamente marcada por el machismo-que para ambas aristas funciona-. Sin embargo, en la medida que he ido localizando y estudiando información sobre estos temas, me permito ir construyendo un discurso en defensa de lo que soy mujer feminista y usaría responsable de cannabis; discurso que a su vez aboga por otras en diversos lugares de Latinoamérica y el Mundo.
Estoy por ejemplo, conociendo la Red de Mujeres Latinoamericanas Cannabicas, el cual es un espacio de encuentro y acción política en el que confluyen usuarias, activistas, investigadoras sobre el cannabis y el género femenino. Es de destacar que este mundo, está plenamente cargado de un sistema de dominio patriarcal que se cimenta en la prohibición y opresión corporal y territorial hacia las mujeres. Por ello el ámbito de las drogas y el delito está minado también por este tipo de acción discursiva y de hecho.
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En 2016 a partir de la organización en Red de mujeres, planteada por Polita Pepper y Pilar Sánchez, se propuso el reconocimiento y brindar voz a las mujeres dentro de la comunidad cannabica, con la intención de avanzar de ser modelos publicitarios y generar los encuentros de sororidad que son de vital importancia también dentro de la comunidad cannabica. En dicho encuentro se logró visibilizar, encontrar y vincular a las madres que cultivan cannabis, para el uso medicinal como la organización Mamá Cultiva Chile con las mujeres fumonas. Ello generó mayor y mejor articulación y potencia al trabajo que se viene realizando desde las diversas organizaciones de activistas y además promueve acercamiento de manera horizontal al trabajo que se desarrolla desde el activismo feminista y cannabico.