La planta de cannabis se utiliza desde hace miles de años en distintas culturas alrededor del mundo para fines diversos, al igual que otros productos que se extraen directamente de la naturaleza. Los principios activos que posee son los que tienen efectos en el cuerpo y en el sistema nervioso, y se conocen como cannabinoides. La planta de cannabis contiene más de 60 de estas sustancias, a las que se atribuyen distintas funciones, e incluso continúan en investigación, ya que se cree que podrían tener efectos que aún no se han descubierto.
Por su parte, el cuerpo humano posee en la superficie de muchas células sitios específicos donde se acoplan estos principios activos de la planta, lo cual hace que le sea posible procesarlo y sentir sus efectos.
Es importante tener en cuenta que algunos cannabinoides tienen muchas propiedades medicinales, y esto permite que algunas dolencias y patologías puedan ser tratadas con cannabis. La mayoría de ellas han sido probadas científicamente, a través del estudio de sus efectos en los pacientes; otras, sin embargo, todavía se encuentran en proceso de investigación, dado que no se han encontrado pruebas certeras de que funcione como tratamiento.
Si bien se dice que el cannabis tiene propiedades medicinales, cabe aclarar que se utiliza únicamente para mejorar la calidad de vida del paciente a través del alivio de algunos síntomas de la enfermedad que padece. Esto significa que no se trata de un tratamiento curativo de las patologías, por lo que en general se suele combinar con medicación tradicional.
¿Qué enfermedades se pueden tratar a través del uso de cannabis medicinal?
Tal como se mencionó anteriormente, los cannabioides tienen diversos efectos en el organismo, que pueden impactar de diversas maneras en el organismo. Los principales efectos que tiene el cannabis medicinal en el organismo son antiinflamatorio, analgésico, neuroprotector, anticonvulsivante, relajante muscular, estimulante de la formación y crecimiento óseo; además, puede funcionar como anti-náusea, antiespasmódico intestinal, estimulante o inhibidor del apetito, ansiolítico, antipsicótico, facilitador del sueño, inmunomodulador, antioxidante, preventivo de la recaída y del síndrome de abstinencia en dependencias químicas.
En función de dichos efectos, esta sustancia -cuyas presentaciones son aceite terapéutico con extracto de cannabis, cremas de uso tópico y aceites tópicos para masajes- se puede utilizar para tratar grupos diversos de enfermedades. Dentro de las patologías neurológicas las más frecuentemente tratadas de esta forma son la epilepsia y muchos trastornos neurodegenerativos, como el Alzheimer, el Parkinson, la esclerosis múltiple, la Corea de Huntington, la esclerosis lateral amiotrófica, el síndrome de Tourette y el autismo.
Además, hay patologías digestivas y del estado nutricional que también pueden responder positivamente a los efectos del cannabis medicinal. La enfermedad de crohn y algunas patologías inflamatorias del intestino que provocan náuseas y vómitos, así como también la anorexia, se encuentran dentro de este grupo.
También hay enfermedades de la piel que pueden tratarse de esta manera, como la dermatitis y algunos tipos de acné.
Los trastornos de salud mental y adicción son uno de los grupos de patologías en los que se utiliza este tipo de terapia. Algunos ejemplos de afecciones son el síndrome de estrés postraumático, la ansiedad, el insomnio y las adicciones a algunos químicos. Además, el dolor crónico, neuropático, metastásico, la migraña y la fibromialgia, también se pueden mejorar de esta manera.
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Algunas enfermedades autoinmunes, como la psoriasis o el lupus, pueden responder positivamente a este tipo de terapia. La esclerodermia, la artritis reumatoide y el glaucoma de ángulo abierto son otros ejemplos de este grupo de patologías.
Por último, el cannabis medicinal también se ha probado en pacientes con cáncer, tanto durante el tratamiento como para los cuidados paliativos del paciente. Los efectos secundarios de la quimioterapia, sobre todo náuseas, vómitos, malestar general y dolores suelen mejorar a través de este tratamiento.
En todos los casos mencionados es fundamental la consulta con un médico especialista, ya que cada paciente responde de manera diferente a las patologías y a los tratamientos. A través de la opinión profesional, será posible determinar cuál es la mejor combinación para brindarle al paciente una mejor calidad de vida.
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