Los habitantes de los estados de la Unión Americana, así como los de otros países que continúan prohibiendo el cannabis medicinal con alto contenido de THC, se están perdiendo de lo mejor, pues la flor natural completa es un tratamiento para el dolor más efectivo que los comestibles de marihuana, las píldoras o el CBD.
Un nuevo estudio informa que la flor de cannabis entera ofrece más alivio del dolor que otros productos de marihuana medicinal, lo que se suma a una creciente evidencia que sugiere que la flor entera, rica en THC, puede ser más efectiva desde el punto de vista médico que los cannabinoides aislados.
El estudio, publicado en la revista Complementary therapies in medicine, utilizó datos de la aplicación móvil Releaf, la cual fue diseñada para permitir a los usuarios realizar un seguimiento de sus síntomas antes, durante y después de consumir marihuana medicinal. Esta aplicación, creada por tres de los coautores del estudio, recopiló datos de 2,987 personas entre junio de 2016 y octubre de 2018.
Investigadores de la Universidad de Nuevo México utilizaron este conjunto de datos, al que se refieren como “la mayor base de datos de sesiones de administración de cannabis en tiempo real en Estados Unidos”, para observar más de 20,513 sesiones terapéuticas de marihuana medicinal informadas por los usuarios.
En la aplicación, los pacientes pueden informar los efectos de productos individuales de marihuana medicinal en cinco categorías diferentes de dolor: músculo esquelético, gastrointestinal, nervioso, relacionado con dolor de cabeza o no especificado. Releaf permite a los usuarios clasificar la eficacia del alivio del dolor de cada producto en una escala del uno al 10. En promedio, los usuarios informaron sus niveles iniciales de dolor en 5.87 de 10. Después de usar marihuana medicinal, los usuarios informaron que sus niveles de dolor disminuyeron a un promedio de 2.77, una reducción de 3.1 puntos.
“Quizás el resultado más sorprendente es cuán extendido fue el alivio de los síntomas en aproximadamente el 95 por ciento de las sesiones de administración de cannabis y en una amplia variedad de diferentes tipos de dolor”, explicó Xiaoxue Li, el autor principal del estudio, en un comunicado.
Desglosados por tipo de producto de cannabis, los investigadores descubrieron que “el consumo de flores de cannabis enteras y naturales estaba asociado con un mayor potencial anestésico que la mayoría de los otros tipos de productos”.
Los concentrados y los tópicos proporcionaron un alivio similar a la flor entera, pero los comestibles, las píldoras y las tinturas finalmente mostraron ser menos efectivos. Sin embargo, los concentrados se asociaron con niveles más altos de efectos secundarios que otros tipos de productos, posiblemente debido a la inclusión de solventes u otros aditivos.
“El cannabis probablemente tiene numerosos componentes que poseen propiedades analgésicas más allá del THC, incluidos los terpenos y los flavonoides, que probablemente actúan sinérgicamente para las personas que usan la flor de cannabis seca entera”, explicó Jacob Miguel Vigil, otro de los autores principales del estudio.
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Los datos también revelaron que los pacientes que sufren dolor muscular, dolor de cabeza o dolor no especificado experimentaron un mayor alivio al usar productos con alto contenido de THC. Los pacientes que sufren de dolor gastrointestinal tuvieron mejores resultados con niveles más bajos de THC. Y a pesar de que la popularidad de los productos infundidos con CBD ha estado creciendo como un incendio forestal en los últimos años, los investigadores descubrieron que este cannabinoide proporciona poco alivio del dolor. En este sentido, Vigil concluye:
“Nuestros resultados confirman que el consumo de cannabis es relativamente seguro y efectivo para aliviar el dolor, y ese es el mensaje más importante para aprender de nuestros resultados. Solo puede beneficiar al público que las personas puedan sopesar de manera responsable los verdaderos riesgos y beneficios de sus opciones de medicamentos para el dolor, y cuando se les brinda esta oportunidad, he visto a numerosos pacientes con dolor crónico sustituir el uso de opioides, entre muchas otras clases de medicamentos por cannabis medicinal”.
Esta investigación subraya la necesidad apremiante de eliminar las leyes federales de prohibición que impiden el uso generalizado de este medicamento.
Sarah Stith, coautora del estudio, en este contexto, declaró en un comunicado:
“Incluso solo reprogramar el cannabis del Anexo I al Anexo II; es decir, clasificarlo junto al fentanilo, oxicodona y cocaína en lugar de heroína y éxtasis, podría mejorar drásticamente nuestra capacidad para realizar investigaciones. Esto requeriría que la DEA reconozca que existen usos médicos aceptados para el cannabis, como lo demuestran claramente nuestros resultados y los florecientes programas de cannabis medicinal en la mayoría de los estados de Estados Unidos”.